Mirando al cielo. Así pasaron ayer gran parte de la mañana los cientos de espectadores que un año más se congregaron en el azud de La Granadilla para contemplar las acrobacias que 41 pilotos realizaron con sus hidroaviones y helicópteros radiocontrolados sobre las aguas del río Guadiana.

El tiempo acompañó a los participantes que pudieron demostrar sus habilidades con todo tipo de piruetas aéreas: loopings (círculos), toneles (girar en el eje longitudinal), vuelos invertidos... Hubo algunos pequeños percances y la barca de rescate tuvo que intervenir en varias ocasiones. Nada que no se pudiera resolver en los talleres improvisados que instalaron los pilotos en la orilla.

Javier, de 11 años, fue el piloto más joven de los que participó en el encuentro de ayer. Es también el socio de menor edad del Club de Aeromodelismo Pacense. Pilotaba un Cesna 182, un aparato eléctrico. Para él, pilotar un avión es "una sensación rara, da gusto", explicó. No le gustan las acrobacias, sino "el vuelo tranquilo".

El presidente del club, Juan Sixte, mostró su satisfacción por la acogida que el público pacense dispensa a este encuentro y calculó que a la jornada habían asistido a lo largo de la mañana más de 1.500 personas.