La piscina cubierta de San Roque, la segunda pública después de la de La Granadilla, ha vuelto a abrir sus puertas ayer y fue inaugurada oficialmente por el alcalde Miguel Celdrán. Estas instalaciones abrieron por primera vez hace un año pero volvieron a cerrarse en mayo para subsanar los defectos detectados.

Nueve meses ha permanecido cerrada y ayer los usuarios pudieron disfrutar de sus dos vasos: uno mayor, con ocho calles y 1,35 metros de profundidad y otro pequeño, con medio metro de profundidad, destinada al aprendizaje. La piscina cuenta con elevador hidráulico para que personas con movilidad reducida puedan entrar y salir, pues los propios usuarios los pueden maniobrar.

LOS CURSOS Los 160 alumnos de las Escuelas Municipales Deportivas que estaban esperando desde octubre para iniciar el curso, se incorporan a sus clases esta semana y hoy se abren los teléfonos de solicitud de cita para los cursos de natación de la Fundación Municipal de Deportes (FMD), que empiezan en febrero, para los que hay unas 250 plazas, incluidos los de bebés.

La piscina de San Roque abre de lunes a sábado y cierra los domingos y festivos. La entrada de adulto cuesta 3 euros, 2,40 con carnet joven y 1,5 para niños. Hay bonos de 10, 20 y 40 baños.

Este nuevo espacio para la práctica de la natación ha tenido que superar algunas vicisitudes, que el alcalde recordó. Las obras se iniciaron hace unos dos años y medio pero se detuvieron porque la FMD propuso dotar las instalaciones con la piscina de aprendizaje y hubo que introducir una reforma en el proyecto inicial, que incorporó otros cambios. Se abrió sin terminar las obras de urbanización porque la piscina de La Granadilla se tenía que cerrar para reformarse y cuando ésta se abrió, se cerró la de San Roque para acabar las obras y subsanar problemas, como una fuga de agua en la piscina pequeña. El presupuesto final supera 1,9 millones de euros.

Celdrán recordó que hay en proyecto otras instalaciones deportivas anexas y un velódromo en la ronda norte.