Leo que unos aficionados a una modalidad de ciclismo se han organizado por su cuenta, sin mediar solicitud ni permiso alguno, una pista de prácticas en la ladera oriental de la alcazaba; justo en el pinar. Se la han construido ellos solos. Y, para adecuar el circuito, confiesan con toda buena fe, han movido tierra del sitio. Es decir, han llevado a cabo excavaciones.

El problema es que esa ladera forma parte del yacimiento que subyace en la alcazaba y que, aún sin ser una superficie intramuros, es zona arqueológica protegida. Para mover tierra de allí ha de contarse con un permiso. Primero, de la propiedad. En este caso del Ayuntamiento, según creo. Y, luego, de la Junta. Y para obtenerlo ha de haber un arqueólogo presente. Para supervisar y comprobar que no se daña el valor patrimonial del sitio.

No quiero atacar a los autores de los hechos, aunque sean responsables. Lo que me escandaliza es la falta de responsabilidad de las autoridades competentes. Me da igual su nombre. Esto es la ciudad sin ley. Aquí cada uno hace lo que quiere. Esta sociedad abúlica se desentiende de responsabilidades y acaba bendiciéndolo todo. Nos pasamos la vida enzarzados en peleas sobre la ley de Patrimonio. Organizamos tempestades en vasos de agua por asuntos cuyo interés es, a veces, muy discutible. Opinamos de lo que no sabemos y cualquier listillo es capaz de plantarle cara a una comisión de verdaderos expertos con total impunidad. Pero cuando hablamos de arqueología, que también es Patrimonio Histórico, todo el mundo se desentiende. Como, para saber de eso, hay que estudiar...

A ver si nos enteramos. La alcazaba es un monumento y, también, un yacimiento arqueológico. La ladera oriental está ocupada en parte por los restos de un barrio árabe del siglo XI. Aunque sean de poco valor monumental lo tienen, y mucho, en lo histórico. Nadie puede actuar por su cuenta en un espacio público y, menos, si está protegido. Y, finalmente, las autoridades deberían preocuparse de una puñetera vez por el patrimonio arqueológico de Badajoz.

Insisto, no ataco a los autores de la pista, aunque su proceder sea muy irregular. Me sublevo contra la o las administraciones responsables, que no cumplen. Y luego están los defensores de las esencias. Ahí los quiero ver. Lo dicho, y es literal, esto es el Far West.