La Navidad en el cine español está llena de villancicos, costumbrismo, alguna astracanada y escenas memorables. Desde Benito Perojo en 1939, con Los hijos de la noche (Estrellita Castro), los villancicos se han paseado por nuestro cine gracias a Mignoni, Torrado, Lazaga, Vignoly, Curiel, Escrivá, Almodóvar, Albaladejo, García Sánchez, Sáenz de Heredia, Martínez Lázaro o Aranda, entre otros: Martingala (Lola Flores con 16 años), Castañuela (Gracia de Triana), Esta es mi vida (Miguel de Molina), Lo que cuesta vivir (Lolita Sevilla), Juicio contra un ángel (Angelito ‘Pachín’), o La Macanita en Flamenco, de Carlos Saura. Por supuesto, Paquita Rico, por dos veces, en María Morena y en la exitosa ¿Dónde vas Alfonso XII?, donde le cantará al Rey delante de un belén ‘los Campanilleros’, que hará suyo también Marisol en Búsqueme a esa chica. Rocío Dúrcal se unirá a todos ellos en Tengo 17 años y Carmen Sevilla cantará Los peces en el río en Guerreras verdes. Por supuesto, Raphael, con El tamborilero en El ángel. Paco Martínez Soria vivirá la Navidad en Estoy hecho un chaval, ¡Se armó el Belén! y ¿Qué hacemos con los hijos?, Álex de la Iglesia dará un poco de caña tanto con la Navidad (El día de la bestia) como en Nochevieja (Mi gran noche), José Luis Garci casi nunca pierde la oportunidad de pasearnos por la Navidad como en Asignatura pendiente, El crack y El crack dos, You’are the one o Tío vivo c.1950. Estampas navideñas en Vente a Alemania, Pepe, Los peores años de nuestra vida o Amantes, la Nochevieja en La primera noche de mi vida, No controles o el disparate de Atraco a las tres y media, el Gordo de la lotería en Villaviciosa de al lado y la especialísima Noche de Reyes. Tangencialmente, Carne Trémula, Los chicos del Preu, Préstame 15 días o Tranvía a la Malvarrosa. Y ya, si queremos obras maestras, Un millón en la basura (Forqué, 1967), Felices Pascuas (Bardem, 1954), la inolvidable La gran familia (Palacios, 1962) y, por supuesto, la mejor película de la historia del cine español y que refleja tanto el ingenio de Berlanga como una Navidad con aristas: Plácido (1961), es el retrato inalterable de la Navidad que no queremos ver, aunque existe, mientras seguimos buscando a Chencho en aquel entrañable mercado navideño de la plaza Mayor de Madrid. Navidades de película, la infancia perdida, recuerdos, fantasmas y la vida misma.

*Periodista