TQtue un gobernante quiera diseñar y planificar el futuro de la ciudad, región o país que dirige, no sólo es un reto en su gestión sino un deber con los ciudadanos que lo eligieron.

Tener una hoja de ruta, planificar y saber hacía dónde se quiere ir es esencial para cualquier sociedad. Al igual que lo es para nosotros. ¿Quién no se plantea el futuro que le gustaría que tuvieran sus hijos? ¿Qué empresario no diseña estrategias para hacer crecer su empresa? Luego será una realidad o no. Probablemente dependerá de otros factores además de nuestro esfuerzo o voluntad. Pero es fundamental vislumbrar la meta y no cejar en el empeño hasta llegar a ella.

Un objetivo que los ciudadanos debemos exigir a los políticos que nos gobiernan. Aunque algunos están entendiendo mal el mensaje. No se trata de mirar el futuro para no querer ver el presente. A eso se le llama, para entendernos, escurrir el bulto. Se trata de gobernar el día a día de los ciudadanos sin perder la perspectiva. La meta hacia donde quieren dirigir sus esfuerzos.

El alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, quiere diseñar el futuro de Badajoz. Para ello prepara un Plan Estratégico. Un documento donde se plasmará el Badajoz de los próximos 15 o 20 años.

A la espera de conocer el contenido del borrador que ya existe, la idea parece casi prima hermana del proyecto Con B de Badajoz que presentó Celdrán en 2010. No sería de extrañar puesto que Fragoso era ya entonces el hombre que en la práctica dirigía el Ayuntamiento.

Pero si el fondo y objetivo de ambos proyectos pueden ser parecidos; las formas de nacer han sido muy diferentes.

Fragoso quiere contar con la participación de los ciudadanos. Y hace unas semanas se reunión con los líderes de la oposición para trasladarles el proyecto. Sin duda el éxito o fracaso del Plan Estratégico de Badajoz radicará no sólo en la capacidad de desarrollar las estrategias previstas sino también en hacer que la ciudad las sienta como suyas.