Las quejas de los pacientes por los problemas en la Atención Primaria tuvieron ayer su traslación en el pleno ordinario del Ayuntamiento de Badajoz, donde la corporación municipal aprobó una moción del PP (incluido el voto del PSOE, no así de Unidas Podemos, que se abstuvo) por la que rechaza la atención telefónica que en la actualidad tiene establecida el Servicio Extremeño de Salud (SES) e insta a la Junta a recuperar la asistencia presencial en los centros de salud de la región.

El encargado de defender la moción fue el popular Jesús Coslado, que denunció el «fracaso» de la Consejería de Sanidad y de la Junta con el sistema de asistencia telefónica en la Atención Primaria y reclamó el regreso a la presencial. Coslado se quejó de las dificultades para conseguir cita, de que la llamada no sea atendida por alguien que pueda derivar directamente al especialista, que cuando por fin el paciente acude a la consulta tiene que esperar porque el médico está atendiendo por teléfono y después dura apenas unos minutos, para al final remitirlo al especialista, que era lo que solicitó por teléfono en un primer momento.

Aunque su grupo dio el voto a favor, la concejala socialista Ana Rufo (que es enfermera en una planta de covid del Hospital Universitario) criticó que lo que había presentado el PP era «una moción trampa» pues, en su opinión, no respondía a una preocupación real por la sanidad pública, como han demostrado cuando han gobernado, sino a una ocasión para meterse con la Junta; al tiempo que recriminó a los populares el «uso partidista de la situación de pandemia», lo que calificó de una «gran irresponsabilidad».

A pesar de todo, el PSOE apoyó la moción, porque este grupo reconoció que «hay muchos ciudadanos que no están conformes con la atención telefónica». También la portavoz de Unidas Podemos, Erika Cadenas, tachó de «lamentable» que se haga «juego político» con esta situación. Señaló que la criba telefónica es necesaria para evitar aglomeraciones en los centros de salud y «defender lo contrario puede ser temerario», porque además hay trámites que se pueden atender por teléfono, pero al mismo tiempo apuntó que la atención telefónica debe ser de calidad «y no se está haciendo».

El concejal de Vox, Alejandro Vélez, por su parte, recriminó al PSOE que su réplica fuese «aún más política» que la moción del PP y para rebatir sus críticas a los gobiernos populares, sacó a relucir los gastos sanitarios de comunidades gobernadas por el PP, donde el presupuesto de sanidad crece. Por su parte, la concejala de Ciudadanos Lara Montero de Espinosa defendió la atención presencial, aunque haya un «pequeño cribado» previo.

Fue uno de los asuntos que más discusión generó en el pleno, en el que se reprodujeron los habituales enfrentamientos entre el equipo de gobierno y la oposición, hasta en los temas en lo que mostraron estar de acuerdo. Ocurrió con la aprobación por unanimidad de las normas de funcionamiento de la tarjeta Eurobec, de la que se beneficiarán los ciudadanos de la eurociudad conformada por Badajoz, Elvas y Campomayor. El PSOE la apoyó, aunque su portavoz, Ricardo Cabezas, lamentó el retraso y que los resultados del proyecto sean «insignificantes y testimoniales». El alcalde, Francisco Javier Fragoso, aprovechó cualquier ocasión para achacar su actitud a «la tristeza fruto de la melancolía que le genera no ser alcalde». Aunque Cabezas insistió en preguntar cuándo estará en vigor la tarjeta, el alcalde señaló que dependía de los otros municipios y del actual presidente de la Eurobec, que es el alcalde de Campomayor.

Tuvo que llegar el final del orden del día para que se pusieran de acuerdo en convertir tres mociones (de Vox, Cs y PP) en una propuesta de alcaldía para condenar los ataques cometidos contra las estatuas de conquistadores y proponer que la ciudad dedique una escultura a Catalina de Bustamante, pues en toda la ciudad solo hay una referida a una mujer, la de Carolina Coronado, como recordó Erika Cadenas.