Población excesivamente envejecida, con pocos nacimientos y una inmigración poco representativa son las causas de que la población extremeña apenas crecerá (con un 0,30% es la quinta más baja del país) hasta el 2020, a pesar de que el aumento medio nacional se sitúa en en ese periodo en el 2,7%, según los datos facilitados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Ese ligero aumento español contrasta con el 14,8% en que se incrementó la población desde principios del siglo XXI hasta ahora, lo que supondría ganar 1,2 millones de habitantes en la próxima década, para situarse la población total en algo más de 47,2 millones de españoles censados en el año 2020.

Según el INE, el paulatino descenso de la natalidad tira hacia abajo de la demografía. Ese viene determinado por la propia estructura de la pirámide poblacional, al estar entrando en edad fértil generaciones de mujeres menos numerosas, nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y primeros de los 90.

A su vez, y en caso de mantener la incidencia de la mortalidad de los últimos años, la esperanza de vida aumentará tanto en varones (en 1,7 años, hasta los 80,1 años), como en mujeres (en 1,5, hasta los 86,1 años).

Otro aspecto destacado por el INE a nivel nacional es el flujo inmigratorio, que se ha reducido en dos años más de la mitad. También resalta el hecho de que el envejecimiento de la población conllevará una reducción en los próximos diez años de casi medio millón de personas en edad de trabajar, así como que en 2020 casi el 20% de la población serán mayores de 64 años.

EL CASO EXTREMEÑO Extremadura está entre las regiones que menos crecerá en población en la próxima década: 3.228 habitantes más a finales del 2019, para una población total de 1.086.024, lo que supone un incremento del 0,30% (323 habitantes de media anual).

Pero ese crecimiento se logra gracias a que la provincia de Badajoz aumenta un 1,68%, a un ritmo anual de 1.139 personas, para lograr una población en el 2020 de 688.061 censados. Por contra, la provincia cacereña cae un 2,01, perdiendo 816 habitantes anuales, para contar a finales de la próxima década con 397.963 personas.

Pero estos datos estadísticos son en parte cuestionados por el profesor de Geografía Humana de la Uex Antonio Pérez Díaz, ya que asegura que son meramente orientativos "y es rarísimo que acierten incluso en periodos tan cortos como 10 o 15 años", dado que no se valoran en su justa medida variables como la inmigración o la fecundidad.

Este experto justifica el hecho de que Extremadura crezca poco porque su población está más envejecida que las de otras CCAA, si bien aclara que en situaciones de crisis como las que vivimos, "Extremadura gana población porque vuelven muchos emigrantes que se han quedado sin trabajo. Y eso las proyecciones del INE no lo contemplan. En épocas de bonanza se da el proceso contrario".

DIFERENCIA PROVINCIAL Pérez justifica el hecho de que la provincia de Badajoz gane algo de población y la de Cáceres la pierda por el tipo de poblamiento. "En Badajoz hay localidades más grandes, que asientan a la población al territorio; por contra, en Cáceres hay muchos pueblos con menos de un millar de habitantes, donde su población está envejecida y los jóvenes salen de la misma para estudiar o trabajar". No obstante, aclara que esa caída demográfica en el norte se ha frenado por las políticas de desarrollo rural.

Otro hecho destacado por este profesor es que "la reserva de la fecundidad se ha venido abajo" porque las mujeres extremeñas "se comportan como las de las grandes ciudades". Este hecho justifica a juicio que la edad media de maternidad esté en los 31 años, "y las mujeres rurales se casan cada vez menos, lo hacen más tarde y tienen menos hijos o los paren a edad mas tardía que hace unas décadas".