La policía local detuvo ayer a un joven de 23 años, A. J. S., que circulaba a una velocidad superior a los 165 kilómetros, después de media hora de persecución. Sobre las dos de la madrugada, un vehículo policial observó un Seat León en la calle Tomás Romero de Castilla que circulaba a gran velocidad, por lo que le dieron el alto con señales acústicas y ópticas. En lugar de detenerse inició una huida, haciendo dos trombos al coger la Nacional V.

Los agentes pudieron detenerlo en el cruce con la carretera de Sevilla. El conductor presentaba claros signos de embriaguez, pero se negó a someterse a las pruebas de alcoholemia, con lo cuál se le imputa un doble cargo: un delito contra la seguridad del tráfico y otro por la negativa a realizar la prueba, según informó ayer la policía local.