La Policía Nacional liberó el domingo por la noche a un hombre que había estado retenido desde por la mañana por otros dos varones en una casa de la calle Legado Macías, en la barriada de San Fernando. Los presuntos secuestradores, identificados como J. L. O. G., de 41 años, y A. F. T., de 38, fueron detenidos y la víctima, de la que no se facilitaron ni iniciales ni edad, fue trasladada al Perpetuo Socorro para ser atendida de las múltiples lesiones que presentaba. Las primeras investigaciones apuntan a que el suceso está relacionado con el tráfico de drogas.

Según informaron fuentes policiales, una llamada de teléfono anónima pasadas las diez de la noche alertó de que dos hombres, uno de ellos con una pistola, estaban agrediendo a otro y obligándolo a entrar en una casa de la calle Legado Macías. La policía cree que en ese momento la víctima había intentado escapar, pero que los agresores lograron retenerla de nuevo.

PUERTA FORZADA Hasta el lugar de los hechos se trasladaron varias dotaciones de la Policía Nacional, que comprobaron la veracidad de la denuncia hablando con algunos testigos de lo que había ocurrido. Los agentes se encontraron con que la puerta de entrada daba a un pasillo en el que a su vez había otra puerta acorazada, que estaba cerrada. Tras requerir en diversas ocasiones que se les permitiera el acceso y no obtener respuesta, la policía informó al Juzgado de Instrucción de guardia y dieron aviso a los bomberos para que forzasen la segunda puerta, en lo que tuvieron que invertir más de media hora.

Una vez en el interior de la vivienda, que estaba completamente a oscuras, los agentes encontraron a la persona retenida, quien aseguró que llevaba "todo el día" encerrada contra su voluntad, y a los dos hombres detenidos. La víctima presentaba, entre otras lesiones, marcas de golpes en la espalda.

PREPARADA PARA DISPARAR Los moradores habían cortado el suministro eléctrico y cuando la policía lo restableció comprobó que en la casa, lugar de residencia de uno de los detenidos, había un gran desorden. En el registro del domicilio, los agentes de la Policía Nacional se incautaron de una pistola de 9 milímetros parabellum, con el número de serie limado y un cargador de seis cartuchos, uno de ellos alojado en la recámara del arma, es decir, que estaba preparada para disparar.

Además, hallaron otros 39 cartuchos y envoltorios con pequeñas dosis de estupefacientes, balanzas de precisión, tres cuchillos de gran tamaño y bridas para asegurar el cierre que, según apuntaron fuentes policiales, también pueden utilizarse para inmovilizar a una persona.

Los detenidos, ambos con antecedentes, están acusados de detención ilegal, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas y ayer por la mañana pasaron a disposición judicial.

TESTIGOS Solo dos de las viviendas a las que este diario llamó para conocer el testimonio de los vecinos abrieron la puerta. En la primera, una mujer manifestó que no había visto nada, ni oído nada, y en la siguiente, otra afirmó que su madre vio a la policía y le comentó a ella que había habido "una riña, o un secuestro, y que unos vecinos de un edificio de esa calle habían llamado a la policía". La calle Legado Macías permanecía ayer vacía.

Fueron algunos residentes de un edificio cercano de la calle colindante Argüello de Carvajal, quienes sí vieron y escucharon algo, si bien no quisieron identificarse por temor a sufrir algún tipo de represalia. Una joven contó que escuchó "gritos pidiendo socorro, se oía dentro de casa; eran las once de la noche por lo menos, y salí al balcón a ver qué sucedía, pero no vi nada. Fue después cuando llegó la policía y más tarde los bomberos, cuando escuché ruidos de hierros, y al rato sacaron a dos hombres esposados".

Otra vecina contó a este diario: "Sí, yo vi un revuelo ahí enfrente y he visto a la policía, que tenía el coche sobre la acera". Y habló de un chico que "ha trabajado en un taller y ha tenido problemas con la droga, pero no sé si le ha pasado algo ahora".