La Policía Local de Badajoz realizará más pruebas de detección de drogas en los controles que programe este año, conjuntamente con las de alcoholemia, según anunció ayer el superintendente, Rubén Muñoz, a la vista de los datos preocupantes de consumo de sustancias estupefacientes entre conductores que, sin embargo, se han reducido en Badajoz tras los "alarmantes" porcentajes que se detectaron en el 2013 (3 de cada 10). Ahora no llegan a 7 de cada 100.

Los agentes municipales realizan estas pruebas en la ciudad desde noviembre del 2013. En el 2015, hasta el 20 de noviembre, un total de 407, en las que se obtuvieron 30 positivos. El ayuntamiento, gracias a la firma del convenio con la Dirección General de Tráfico, va a recibir 250 kits de un solo uso para la detección de sustancias toxicológicas a través de la saliva, a los que el consistorio añadirá otros 250, de forma que utilizará estos 500 dispositivos a lo largo del 2016. Es el mismo sistema que ya utiliza la Policía Local de Badajoz desde mediados del 2014, que lo ha elegido porque es el que requiere menor colaboración del conductor, según comentó ayer Muñoz, que asistió a la firma del convenio entre el jefe provincial de Tráfico, Pedro Ignacio Martínez, y el primer teniente de alcalde, Germán López Iglesias.

El jefe de Tráfico comentó que, en la actualidad, el consumo de alcohol al volante está en retroceso, pero avanza el de droga, con "efectos muchos más perniciosos". Según datos nacionales (del 2013) de autopsias a conductores fallecidos en accidentes de tráfico, el 43% dio positivo en este tipo de sustancias "y eso es espeluznante". La droga más común es la cocaína (más del 50%), seguida de cerca por el cannabis y los opiáceos derivados de la morfina. El Ministerio del Interior incide en la prevención en colaboración con las policías locales.

Estas pruebas se realizan cuando el conductor comete infracciones dinámicas (saltarse un semáforo), su conducción esté influenciada, esté implicado en un accidente y en controles preventivos programados. Los kits detectan la presencia de cannabis, anfetaminas y metanfetaminas, cocaína y todos los opiáceos.

La colaboración del conductor es casi inexistente. La prueba tarda 5 o 6 segundos. Solo hay que recoger la saliva pasando una tapa tres veces por la lengua y posteriormente se introduce en el dispositivo, se aprisiona un ampolla y pone en contacto los reactivos. Si da positivo, se tomaría una segunda muestra para analizarla en un laboratorio.

La sanción administrativa por el positivo es de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos. Por la vía penal, si se conduce bajo sus efectos, es un delito contra la seguridad vial.