A pesar de la prohibición expresa de vender comida o cualquier otro alimento en puestos ambulantes, la Policía Local levantó las dos primeras noches de Carnaval 28 carritos e intervino más de 500 kilos de productos cárnicos y embutidos dispuestos para la venta entre las personas que disfrutaban de esta fiesta en la calle.

Aunque el bando emitido por el alcalde Miguel Celdrán prohibía esta práctica, los agentes se vieron obligados a levantar actas de intervención a los titulares de esos puestos, que se elevarán a la Junta de Extremadura, según el jefe en funciones de la Policía Local de Badajoz, Antonio Nogales, que el lunes esperaba la autorización de los veterinarios del Area de Salud de Badajoz para proceder a la destrucción de los productos incautados.

Este año es una empresa especializada, contratada por la Junta de Extremadura, la encargada de gestionar la destrucción de estos alimentos.

La forma de actuar de estos proveedores, según Antonio Nogales, consiste en estacionar un vehículo con la mercancía en lugares alejados del centro, donde incluso preparan los bocadillos, "y desde ahí mueven los carritos con la comida hasta las zonas de mayor tumulto".

A pesar de estas infracciones, el jefe en funciones de este cuerpo policial destacó la normalidad y la ausencia de incidentes de importancia desde el inicio del Carnaval, el viernes, hasta la mañana de ayer, aunque aún queda la noche del lunes, considerada como una de las "noches fuertes" de la fiesta por ser hoy día festivo en la capital pacense.

Sin embargo, Nogales aseguró que "ningún año ha habido en Carnaval un despliegue policial tan importante como este año", ya que se ha apreciado en cada edición una mayor afluencia de gente en las calles y por eso se vio la necesidad de incrementar la presencia policial para garantizar la seguridad de los participantes.

Los "días más fuertes" del Carnaval han patrullado "diez coches de la Policía Local y otros tantos de la Policía Nacional", con cuatro agentes locales de paisano más otros diez del cuerpo nacional, que también mantiene en la calle un equipo de antidisturbios preparado para una "intervención rápida" en el caso de que fuera necesario.

ASIGNATURA PENDIENTE El jefe en funciones de la Policía Local manifestó que los pacenses suelen tener un "comportamiento cívico y amigable" en estas fiestas, ya que, en su opinión, la gran mayoría "solo busca divertirse sin violencia". Lo único que cree que hay que reprocharles es su falta de colaboración con los agentes en los preparativos para los desfiles.

En este sentido, explicó que la mañana del domingo fue necesario utilizar los servicios de cinco grúas para retirar vehículos estacionados en las calles del recorrido del desfile, a pesar de haber colocado la policía vallas, cintas y carteles prohibiendo estacionar. "Esta es la asignatura pendiente de los pacenses", señaló.