La policía local levantó ayer una decena de puestos ilegales en el mercadillo de los martes y otros dos a cuyos titulares les había caducado la licencia. A pesar de ello, la Asociación de Comercio Ambulante de Extremadura (Acaex) mostró la "indignación" del colectivo por la actuación policial ya que, según su presidente, Juan Antonio Mejías, había hasta una treintena de puestos ilegales "sin que nadie controlara" la situación. "A nosotros nos exigen mucho, mientras que a los que no tienen papeles les abren la mano".

El intendente, Antonio Nogales, negó que en ningún caso los agentes de la Unidad de Cometidos Especiales y Consumo hubiera hecho la vista gorda y aseguró que todos los puestos ilegales que se detectaron ayer, fueron levantados. Según explicó, dos unidades uniformadas se encargaron desde las siete de la mañana de impedir el paso a quienes no disponían de licencia y cinco agentes de paisano de vigilar el mercadillo y de actuar contra los que se habían saltado el filtro.

Sin embargo, los vendedores exigieron un mayor control policial y culparon al "desmadre" en la reubicación de los puestos de esta situación, ya que a su juicio las personas sin licencia se aprovechan de los huecos libres "para colocar sus mantas". Mejías volvió a quejarse de la reordenación de los puestos, lo que, a su juicio, causó que algunos vendedores se enfrentaran al representante de la Concejalía de Mercados que estaba supervisando los cambios. El consistorio señaló que el lunes se marcaron los puestos y se les entregó un plano con la posición de cada uno, pero que algunos vendedores se habían dedicado ayer a borrarlos y a situarse donde querían. "Se puede hacer todo lo que sea, pero sin colaboración, no funciona", lamentaron.