La Policía Local de Badajoz ha multiplicado por cuatro sus intervenciones contra el menudeo de droga en el Casco Antiguo en el último año. Si en el 2019 los agentes llevaron a cabo 330 actuaciones de este tipo en el centro histórico, desde la puesta en marcha del Grupo de Intervención y Apoyo Policial (Giapol) el pasado mes de febrero se han contabilizado 1.350. Así lo aseguró ayer el alcalde, Francisco Javier Fragoso, al hacer balance del año que hoy termina, del que destacó la creación de esta nueva unidad de la policía local que, según dijo, ha supuesto «un antes y un después» para el Casco Antiguo en cuanto a la problemática del tráfico de sustancias a pequeña escala.

El alcalde puso en valor que estas intervenciones se hayan cuadruplicado pese a que, a causa de la pandemia, los agentes que integran el Giapol han tenido que asumir desde prácticamente su puesta en marcha otras tareas, como la vigilancia y control para garantizar el cumplimiento de las medidas y restricciones impuestas debido a la grave situación sanitaria. En este sentido, Fragoso auguró aún mejores resultados cuando la unidad policial pueda volver a dedicarse a los cometidos para los que fue creada.

Con sede en la subinspección de la calle de Montesinos, el Giapol ha permitido que la policía local mantenga su presencia continua en el Casco Antiguo una vez que la jefatura se había trasladado a las nuevas instalaciones de Valdepasillas, atendiendo así una reivindicación de los vecinos del barrio.

Durante los 11 meses que lleva en marcha la nueva unidad, además de las intervenciones contra el menudeo de drogas, se han requisado multitud de armas blancas y se ha interpuesto numerosas denuncias por consumir droga y alcohol en la vía pública. Asimismo, los agentes han actuado en reyertas y problemas de convivencia. El Giapol nació con el objetivo de responder a las situaciones que generan sensación de inseguridad principalmente en el Casco Antiguo, aunque también para dar cobertura a otros barrios y a las pedanías cuando sea necesario.

La unidad está compuesta por una veintena de agentes y dos mandos, cuya uniformidad es diferente al resto de los compañeros del cuerpo, y antes de su incorporación recibieron formación específica en materia de orden público, intervenciones en masa y zonas de conflicto, así como en el uso y manejo de material antidisturbio e incluso en lucha antiterrorista.

Según se explicó cuando el Giapol se creó, esta formación es continua en armamento y tiro, defensa personal y conocimientos jurídicos aplicables a sus intervenciones. Además, uno de los puntos en los que se apoya su labor es la coordinación estrecha con otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, principalmente con la Policía Nacional, pero también con la Guardia Civil.

Por las características particulares de sus cometidos, los miembros del Giapol patrullan en grupos, con vehículos que también se distinguen de los del resto de las unidades de la policía local, y sus horarios también son especiales, con turnos las noches de los fines de semana en los que trabajan los mismos agentes para poder realizar el seguimiento de los casos y que su labor sea más efectiva.