La diputada regional del PP Cristina Herrera pidió ayer la dimisión del director general de Infancia y Familia de la Consejería de Bienestar Social, Javier Alonso de la Torre, por su "mala gestión" y por la situación de "abandono" en la que, a su juicio, se encuentra el centro de menores San Juan Bautista de Badajoz.

Herrera, que recordó estar a la espera de una respuesta de Infancia y Familia que le permita visitar las instalaciones del recinto, censuró algunos de los procedimientos de castigo que se le infligen a los menores si no cumplen determinadas normas de orden y conducta. En este sentido se mostró partidaria de "castigos para exigir un mínimo de orden en el centro", pero rechazó algunos "castigos excesivos, como negarles la comida a los menores si llegan tarde al comedor, u obligarles a pasar toda la noche en la recepción, sin respetar así su sueño", precisó.

La diputada recordó también su denuncia ante la opinión pública el pasado 25 de enero, a las puertas del centro, donde mostró imágenes de desperfectos en el centro.

Herrera contradijo al director general de Infancia y Familia, que señaló en su día que un informe de la Inspección de Trabajo determinaba que no había riesgo o inseguridad para los menores y los trabajadores.

En este sentido aportó otro documento, en el que se requiere a los responsables del centro "la reposición inmediata de cristales rotos o el sellado de las fisuras para evitar roturas mayores o posibilidad de cortes o entrada de frío exterior, a fin de garantizar la seguridad del personal".

Por su parte, Javier Alonso de la Torre respondió ayer, según Efe, que las medidas que adoptan en este centro cuando los menores incumplen los horarios han sido elaboradas por los educadores para que, educativamente, "interioricen" las normas de convivencia.

PROTOCOLO Según explicó, en el centro existe un protocolo de actuación, que permite actuar con niños "que no tienen interiorizadas determinadas normas de comportamiento".

Para esto, dijo el director general, se hizo permanecer en la zona de educadores y no en sus dormitorios a quienes, de forma puntual, llegaban al Centro "muy tarde, a las cuatro, las cinco o las seis de la madrugada cuando tenían permiso para llegar a las doce, la una o las dos". En esta sala, dijo, descansan y están con los educadores.