El azud aguas abajo del río Guadiana sirve a los bomberos para prepararse ante situaciones de máximo riesgo. A primera hora de la mañana, se acerca hasta este lugar una unidad del Servicio Contra Incendios y de Salvamento con su embarcación preparada. El ejercicio, que se realiza en verano, consiste en un acercamiento con la zódiac a las orillas para visualizar e investigar los recovecos del cauce. Es para perfeccionar las labores de salvamento.

Con ellos participan miembros de la Cruz Roja, con su propia zódiac. Ambas unidades unen fuerzas y equipamientos para conseguir el mayor rendimiento posible de sus medios humanos y técnicos ante cualquier catástrofe. Recorrieron el cauce reparando en cada rincón, simulando una operación de rastreo habitual y conociendo los puntos problemáticos.

Según Juan Antonio Perera, bombero, "estas prácticas son habituales en verano, pues la gente se acerca al río a pasar el día o a pescar y a veces se producen incidentes. Lo principal es no perder el hábito", dijo.

Pero ellos tampoco están exentos del peligro, "el río nos ha dado algunos sustos, el mayor fue en la riada, cuando el Calamón arrolló nuestra embarcación arriesgando la vida de los compañeros. Es cierto que salvamos a mucha gente, pero nos hubiese gustado salvar más", recuerda con dolor.

Con voluntad y valor recorren el río para evitar ahogamientos como el del pasado 9 de Julio. El cabo Juan Antonio Jiménez, a quien llaman Epi, contó que "el fin es prepararse a fondo para el salvamento. Así cogemos experiencia en el levantamiento del motor en condiciones desfavorables, control de la velocidad o esquivar zonas pedregosas".

Una vez terminada la práctica, guardaron cuidadosamente la embarcación. Para ellos, la mayor satisfacción es el trabajo bien hecho y en equipo, algo imprescindible en su profesión, pues el compañerismo juega un papel crucial. Según Epi, "el odio entre compañeros sobra, porque dependemos los unos de los otros para hacer bien nuestro trabajo, sino sería imposible".

Pero no todo son satisfacciones para esta unidad de bomberos de Badajoz, "hay veces que llegas a casa feliz por haber salvado vidas; otras sucede lo inevitable, es el peor momento de nuestra profesión".