Siempre es un buen momento para otorgar un premio. En Badajoz se hace a todas horas. Hay premios serios, frívolos, en familia, de compadreo, atrevidos, beligerantes o, sencillamente, de andar por casa. Hay fiebre por conceder premios. Se muere el personal por premiar a sus semejantes. Algunos, muchos, se reúnen con tres amigos, le dan aire de solemnidad al asunto, se lo pasan estupendamente hablando de sus candidatos y, tras la jarana, redactan un comunicado de prensa donde se despachan a gusto contra todo y contra todos, eso sí, haciéndonos creer que han llegado a semejante veredicto después de cientos, qué digo cientos, miles de votos, opiniones, correos electrónicos y toda esa parafernalia que sólo existe en la imaginación de estos holgados activistas.

Y ya lo he dicho. Activistas. He leído con profunda devoción los premios otorgados, tras la deliberación del jurado por Ecologistas en Acción. Me llama la atención que reparten estopa a tutiplén. Es admirable su afán por no quedar bien con nadie. Me abruma la capacidad que tienen para darle una colleja a todo el mundo. Es como el que quiere contentar a todos pero al revés, o sea, soltando lastre, que nadie crea que estamos a la orden de cualquiera. Espero que el lector haya notado ya la ironía. Son unos tipos fantásticos estos chicos que a todo el que se pone a tiro le afean, como poco, la buena intención y acaban por condenarlo a las tinieblas exteriores.

Como broma no está mal. Supongo que se tratará de eso. Porque de sabiduría y conocimiento del medio (no sé si del ambiente, también) andan un poco escasos. Una cosa es que la plaza Chica esté en mal estado o abandonada y otra que no se haya hecho nada en Badajoz por parte de todas las administraciones a favor del Casco Antiguo y su patrimonio artístico y monumental. No deben ser de aquí porque sorprende tanta ignorancia sobre el catálogo inversor y rehabilitador del viejo Badajoz. A mí se me ocurren dos propuestas: 1. Que se concedan a sí mismos su premio tontería más destacable , como cura de humildad y con propósito de enmienda de apuntarse a una de esas excursiones urbanas de los sábados de los Amigos de Badajoz y 2. Que nos salven la vida cuantas veces quieran, pero que no insulten nuestra inteligencia.