La presencia de mujeres que ejercen la prostitución en las proximidades de la rotonda de los Tres Poetas ha disminuido las últimas semanas, coincidiendo con las quejas de los vecinos de la calle Joaquín Costa, que han hecho público su malestar por los problemas y molestias que les causan y por los que han solicitado ayuda tanto a la Delegación del Gobierno de Extremadura como al Ayuntamiento de Badajoz. Esta menor presencia de prostitutas ha sido constatada por gente que pasa a diario por esta rotonda y los muretes de la muralla, donde las mujeres suelen colocarse, así como por Cruz Roja, organización que desarrolla un programa de atención específico para este colectivo, con el que mantiene un contacto semanal a través de la Unidad Móvil de Atención Sociosanitaria de Prostitutas, según confirmó ayer a este diario la responsable de esta unidad, Pilar Morcillo. Esta unidad de Cruz Roja funciona desde el 2005 y desde entonces, la presencia de estas mujeres, así como su procedencia fluctúa. Al principio había cinco. En estos momentos, esta organización tiene constancia de que hay 15 prostitutas ejerciendo en la calle, todas en esta misma zona. Morcillo recalca que se ponen en la rotonda y en la muralla, no junto a las viviendas, como denuncian los vecinos. También niega la responsable que estas mujeres estén controladas por proxenetas. "No hay nadie que las obligue y no hay trata de blancas, actualmente estas situaciones no existen‡", recalca esta responsable, apoyándose en la experiencia del trabajo que desarrollan cada semana. SIN ADICCIONES Cuatro de ellas son toxicómanas y el resto no tiene ningún tipo de adicción, sino que su principal problema es el económico, situación que se ha agravado con la crisis, que también a ellas les afectan pues, según Cruz Roja, la cifra de clientes se ha reducido notablemente. Quizá sea éste el principal motivo de las discusiones de las que se queja el vecindario pues en ocasiones puede que se hagan reproches cuando cobran menos de lo que tienen pactado. Estas prostitutas tienen establecido el mismo precio por sus servicios, que tienen calculado para poder cubrir sus necesidades y las de sus familias. La responsable de la unidad cuenta que en ocasiones ha habido personas que se pasan por allí para insultarlas e incluso apedrearlas. La mayoría de estas mujeres son de Badajoz, aunque también las hay de Portugal, Bulgaria y Colombia. Sus edades están comprendidas entre los 31 y los 46 años. Morcillo explica la situación en que se encuentran: viven solas o con sus hermanas y trabajan en la calle para sacarse el sustento y enviar algo de dinero a sus familias. La intervención de Cruz Roja con este colectivo abarca dos tipos de intervenciones. Por un lado, todos los miércoles sale la unidad móvil y entrega a estas mujeres un kit con productos de higiene y alimentación y hacen un seguimiento de su situación. [wv03]Además, cada quince días, la unidad sale con voluntarios y técnicos de gestión social para interesarse por sus problemas y quedar con ellas los siguientes días para intentar solucionárselos (las acompañan al centro de salud o las ayudan en alguna tramitación judicial por delitos pendientes, por ejemplo). Gracias a esta labor todas estas mujeres tienen su tarjeta sanitaria, su Documento Nacional de Identidad y se trabaja para regularizar la situación de las extranjeras. LABOR HUMANITARIA Cuando se le pregunta a la responsable de esta unidad por la decisión del Ayuntamiento de Badajoz de elaborar una ordenanza que prohíba la prostitución en la calle, su respuesta es que Cruz Roja no entra en este tipo de valoraciones, como tampoco opina si su situación es o no legal, sino que la actuación de esta oenegé se rige por un principio humanitario y su función es atender sus necesidades. Morcillo no cree, sin embargo, que estas mujeres estén dispuestas a trasladar su lugar de trabajo, porque llevan muchos años en este sitio, salvo dos que acaban de llegar.