El plazo de ejecución que plantea el promotor en el proyecto que ha puesto en marcha es de 7 meses, pero aún no puede calcular cuándo será una realidad, pues depende de las autorizaciones de la Junta y del Ayuntamiento de Badajoz. Ya existe una propuesta privada para que Badajoz cuente con una planta de gestión, valorización, reciclaje y almacenamiento de residuos de la construcción y demolición (RCDs). La iniciativa ha partido de la empresa Transporte, Almacenaje y Reciclado de Aridos 2014, que ya gestiona un punto de acopio y cuenta con una planta móvil.

El proyecto ha sido elaborado por Ingemim (Ingeniería y Consulting) y en estos momentos se encuentra en exposición pública la autorización ambiental solicitada a la Dirección General de Medio Ambiente. La empresa promotora se dedica al transporte y tratamiento de residuos y a la instalación de contenedores desde hace 40 años, según ha explicado a este diario su responsable, Isidro Barquero.

La planta de reciclaje se instalaría en una finca situada en el paraje denominado Entrecaminos, donde ahora funciona el punto de acopio, a la altura del kilómetro 3 de la carretera de Sevilla, la N-432, enfrente de Los Motitos, a 0.8 kilómetros del casco urbano, al lado de la barriada de Tulio. A la finca, que tiene 3,71 hectáreas de las que se utilizarán 3.000 metros cuadrados, se llega a través de un carril que parte de Fuentecaballeros, denominado Camino de Malasarada. En el lugar donde se pretende ubicar este proyecto ya existe un almacén temporal de RCDs y la empresa obtendrá la autorización como gestor de residuos.

El recinto estará cercado por un muro perimetral de más de dos metros y vallas metálicas. A la parcela se accede por un camino ya existente. El volumen total que se pretende tratar cada año es de 12.520 toneladas con una capacidad operativa para más de 25 años. El centro de tratamiento contará con zona de acceso y aparcamiento. A la entrada se inspeccionará el material y se cubicará por el operario situado en una caseta, que registrará el origen y decidirá si la carga es idónea en función de la naturaleza del residuo. Una vez descargado el material, se separan los elementos voluminosos y las fracciones contaminantes de forma manual, con la ayuda de una pala mixta para cargar elementos muy pesados y extender el material en una plataforma de hormigón. Ahí se descartan residuos no admisibles por el almacén como madera, plástico, papel cartón, aluminios y otros, que se enviarán a gestores autorizados, así como los peligrosos.

Los destinados a la trituración se incorporan a una fase de proceso productivo para ser machacados y cribados y así obtener áridos reciclados que se reutilizarán para el arreglo de caminos o rellenos de obras de restauración de áreas degradadas. Los residuos tipo lodos, cenizas y restos vegetales se convertirán en compost.