Un interno de 30 años de la prisión de Badajoz se cortó ayer los lóbulos de las orejas y aseguró habérselos comido después. Instituciones Penitenciarias confirmó los hechos, que achacó a un brote psicótico de recluso, que tras ser atendido por los funcionarios fue trasladado al hospital Universitario. El joven permanece ingresado en la unidad de Psiquiatría.

Según fuentes sindicales, el suceso se produjo en un momento en el que el preso se encontraba solo en la celda que comparte con otro interno y fue él mismo quien dijo a los funcionarios que se había comido las partes de las orejas que se había mutilado, aunque no existe constancia fehaciente de ello, pues también cabría la posibilidad de que se deshiciera de ellos tirándolos al inodoro.

Se trata de un recluso con problemas psiquiátricos que, al parecer, no es la primera vez que se autolesiona, y que ayer volvió a sufrir una nueva crisis. Los sindicatos señalan que este episodio pone de manifiesto el problema que existe en las prisiones con los internos con patologías psiquiátricas severas, que en lugar de cumplir su condena en una cárcel común, deberían hacerlo en un psiquiátrico penitenciario, "pero en España solo hay un par de centros de este tipo y son claramente insuficientes", denunciaron.