Sólo me resta decir algo sobre las manzanas derribadas en la zona de la calle Prim. Al parecer, como publicó este periódico, no existe un proyecto arqueológico para esa gran área urbana intramuros y eso es una grave negligencia. ¿O es sólo ignorancia de la más vil?

Cuando apareció el cementerio islámico del baluarte de Santiago varios entendidos argumentaron, no sin cierta lógica, que la ciudad árabe, el Badajoz de esa época, llegaba hasta el límite de la necrópolis.

Era un argumento que no comparto en lo más mínimo. Pero al menos era un argumento. Incluso creo recordar que alguna autoridad municipal lo hizo suyo, aunque quizás me equivoque.

Pues bien, debo pedir públicamente que, según ese criterio, se sea mínimamente riguroso y se admita que si la muralla llegaba a la avenida del Pilar, los solares de la calle Prim eran ciudad intramuros en el Medioevo y que, en cuanto comiencen las obras, van a empezar a cometerse destrucciones del Patrimonio Arqueológico.

Luego vendrán los llantos y los crujidos de dientes. Nadie sabía... Nadie podía suponer. No creíamos... Entérense de una vez, señores munícipes: van a salir restos arqueológicos, aunque su calidad no pueda precisarse. Esto es un aviso. Luego no se llamen a andanas.

Inicien unos sondeos de tanteo, ahora que se puede. Comprueben la potencia arqueológica del sitio y actúen en consecuencia. Tienen ustedes la grave responsabilidad de hacerlo, aunque el proyecto sea legal.

Esta es una ciudad histórica y, con declaración oficial o sin ella, los cimientos van a salir a la luz. Y, por cierto, si algún malpensado relaciona esta protesta con algún intento de conseguir un contrato, que no se engañe. Ni queriendo lo conseguiría.

La concejal responsable del área correspondiente ya ha dado instrucciones no escritas al respecto. Vamos, que estoy vetado.