TBtadajoz posee recursos insospechados que, de repente, salen a la luz y demuestran su potencia. Una de estas riquezas inéditas es su climatología. Se podrían apreciar virtudes en su invierno, más corto y benigno que en otras regiones. O en el otoño, que, cuando viene seco, resulta delicioso. El verano es otra cosa. En condiciones normales puede llegar a ser insufrible. Hasta con aire acondicionado, inexistente hace sólo unos años. Lo verdaderamente fantástico en nuestra ciudad es la primavera.Y es que en esa estación los días son ya largos y luminosos. La calor no agobia y huele a flores. Quizás los naturales no lo noten, por la costumbre, pero los que venimos de fuera sí lo apreciamos. Y mucho.

Faltaba que a alguien se le ocurriera hacer coincidir esa estación tan apacible con algún tipo de actividad y, sacándole partido, engalanase y enriqueciese a esta capital, a sus vecinos --sobre todo-- y a los foráneos. Era el huevo de Colón. Pues ha habido quien lo ha encontrado: la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo. La idea del mayo musical. De los conciertos por nuestras plazas que, justo es decirlo, van estando presentables, si están limpias, es una idea magnífica y el éxito que está alcanzando lo avala.

Quién iba a pensar que la plaza Alta, a pesar de su reciente aspecto de pastel de nata, estaría llena de un público dedicado a escuchar, encantado, un bien medido concierto de música clásica. También así se hace Badajoz. También así se recupera el Casco Antiguo. También así le cogemos el gusto a nuestra ciudad. Al parecer no es tan difícil. Para todo hace falta dinero, pero con imaginación, con ganas, con ilusión, a veces se llega mucho más allá. Si Badajoz consiguiera estabilizar esta primavera musical, mejorando lo preciso, esto sería otra cosa. Porque está visto que continuar cansinamente algunas de nuestras fiestas es empeñarse en hacer un ejercicio vacío de etnología.

Déjenme que me alegre por estas jornadas musicales. Que desee y pida su continuidad. Que felicite a quienes han tenido la iniciativa y que anime a las instituciones a competir por ayudar a mejorarlas, apoyándolas sin reservas. Aprovechemos la primavera, que en Badajoz puede ser, a un tiempo, cultura y riqueza. Y no me acusen de parcial los que no viven en el centro histórico.