El primer fin de semana de San Juan acabó sin incidentes graves y con gran afluencia de público al recinto ferial la noche del sábado. A las cinco de la mañana había cola para entrar en algunas casetas y los aparcamientos habilitados en el recinto y las inmediaciones prácticamente se llevaron de vehículos.

El concejal de Festejos, Miguel Angel Rodríguez de la Calle, hizo ayer un balance "positivo" de este inicio de feria, sobre todo, según destacó, porque "la diversión y la tranquilidad" han sido las protagonistas de la feria.

La madrugada del sábado la policía local tuvo que regular el tráfico desde la 1.30 horas hasta casi las cuatro de la mañana, de lo que se ocuparon una veintena de agentes. El punto más conflictivo fue la salida de los aparcamientos. El superintendente, Rubén Muñoz, destacó también la ausencia de incidencias reseñables en el recinto ferial, donde hubo presencia continúa de agentes de paisano y de uniforme vigilando. Solo se produjeron algunas pequeñas reyertas, que se solventaron con presencia policial.

Cruz Roja, que desplazó al ferial de Caya a 22 voluntarios el sábado, realizó una treintena de asistencias, la mayoría por heridas accidentales. También se atendió a siete personas por ingesta masiva de alcohol, una de ellas una menor de 16 años que presentaba síntomas leves de embriaguez y que fue recogida por sus padres en el puesto médico.

Solo una de las personas asistidas por Cruz Roja tuvo que ser derivada al hospital Infanta Cristina ante la sospecha de que se hubiera fracturado una pierna tras recibir un fuerte impacto en los coches chocantes.

QUEJAS EN EL CENTRO Sobre el malestar que generó la retirada de veladores en el Casco Antiguo para que las máquinas pudiesen limpiar las calles, el concejal de Festejos recordó que el compromiso de la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo (Aecab) era que los hosteleros colaborarían en esta tarea, pues en el bando se recoge que es suya la obligación de avisar a los clientes para que se levanten de las terrazas antes de las siete de la tarde, la hora a la que empiezan a limpiar los operarios de FCC.

Rodríguez de la Calle negó que, como sostienen los hosteleros, el ayuntamiento imponga estas restricciones para atraer al público al recinto ferial de Caya. "En ningún momento es así, pero tienen que ser conscientes de que hay que limpiar y no se puede esperar a que se levante el último velador", dijo.

Asimismo, señaló que las máquinas de limpieza tardan "solo unos minutos" y que, a diferencia de antes que no se podían volver a instalar veladores hasta las nueve, ahora se pueden colocar al momento otra vez.