Con algo más de una hora de retraso sobre la hora prevista, pasadas las diez de la mañana, aterrizó en el aeropuerto de Talavera el avión de Air Europa que traía de regreso a casa a 129 militares de la Brigada Extremadura XI tras seis meses en misión de paz en el Líbano. Mucho antes ya estaba a rebosar de coches el aparcamiento y decenas de familiares y amigos esperaban el ansiado reencuentro. Pero no fue hasta después de las once de la mañana cuando los militares fueron saliendo con sus petates por el vestíbulo de llegadas: besos, abrazos, lágrimas, sonrisas y aplausos inundaron entonces el aeropuerto.

«Han sido meses de muchos nervios y los últimos días se nos ha hecho eternos», explicaba María, la madre de uno de los soldados, que participaba por primera vez en una misión en el extranjero. Como ella, el resto de familias llevan todo este tiempo contando las horas para que los soldados regresasen a casa.

PANCARTAS Y DISFRACES /«Hemos venido todos, padres, hija, mujer, sobrinos... va a ser una sorpresa para él porque no nos espera a tantos», comentaba Feli, la hermana de uno de los militares poco antes de que llegara el avión. También Fernando y su familia llegaron bien temprano al aeropuerto para recibir a su sobrino. «Le hemos echado de menos, pero él ha querido ir, así que lo hemos llevado bien», aseguraba. Ellos, de San Roque, como otros muchos familiares prepararon una pancarta de bienvenida. Otros llevaron cartulinas con mensajes y algunos camisetas. En las que vestía una familia al completo se podía leer: Javi, te hemos echado de menos. Hasta hubo un grupo que quiso poner un toque de humor y se disfrazaron de azafatas y piloto de avión.

«Ha ido muy bien y vuelvo con ganas de repetir. Todo ha estado muy tranquilo y desde el primer día ha ido rodado y nos hemos hecho al ambiente», contaba uno de los soldados. «Lo que más se echa de menos es la familia», aseguraba. Ahora tiene un mes de vacaciones para disfrutar de los suyos y también «me daré pequeños homenajes de cosas que allí no había», decía.

Los militares españoles destacados en la base Miguel de Cervantes, en Marjayoun, al sur del Líbano, son cerca de 600, de los que más de 450 proceden de la Brigada Extremadura XI. El segundo vuelo, con 128 soldados, aterrizará en Badajoz el próximo viernes, y el tercero, el 22 de mayo. En este último regresará el general Francisco Javier Romero Marí, que ha estado estos seis meses al frente de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para el Líbano (Unifil), integrada además de por los militares españoles por tropas de Brasil, Serbia, Indonesia, India, Fiyi y Nepal.

El coronel Antonio Llorens, jefe accidental de la Brigada Mecanizada Extremadura XI, que recibió a los soldados a pie de pista acompañado por la delegada del Gobierno, Cristina Herrera, destacó que, pese a que se trata de una misión «complicada» y de que la zona donde se ha desarrollado vive desde hace años una situación de «calma tensa», las tropas extremeñas «están muy bien preparadas y han hecho una labor magnífica». Sus principales tareas han consistido en supervisar y vigilar con patrullas y puestos de observación que es efectivo el cese de las hostilidades en la frontera entre el Líbano e Israel, así como apoyar a las fuerzas armadas libanesas.