El centro de terapias para el síndrome Rett, inaugurado hace un año en Badajoz, el primero de estas características en Extremadura, atiende en la actualidad a una quincena de familias con niños que padecen esta u otras enfermedades del neurodesarrollo.

El presidente de la asociación Mi Princesa Rett, Francisco Santiago, ha afirmado que pese a las dificultades encontradas por la pandemia, el centro está actualmente al 90 por ciento de su capacidad.

Dentro de estas instalaciones se trabaja principalmente en labores de psicomotricidad, fisioterapia y técnicas multisensoriales, un espacio pionero en la comunidad con tratamientos punteros que contribuyen a poner coto a una enfermedad sobre la que queda mucho por investigar.

En noviembre del 2019 echaba a andar este proyecto fruto de la insistencia y de muchos años de esfuerzos de esta asociación, iniciativa que sin embargo poco tiempo después se encontró de bruces con la pandemia. La situación generada por el coronavirus está haciendo por ejemplo más difícil poder adquirir un sistema de terapia robótica que incentiva principalmente el movimiento y que la asociación quiere añadir a sus recursos. También hace mucho más complicado que familias de fuera de la ciudad puedan acceder al centro, debido a las restricciones y a las limitaciones, lo que propicia que la mayoría de ellas sean en la actualidad de la capital pacense. En este sentido, Santiago ha mostrado las dificultades que su asociación, como el resto de colectivos, ha pasado desde el inicio de la pandemia para mantener o aumentar sus proyectos, aunque «poco a poco se consiguen alcanzar los objetivos, con mucho esfuerzo y con la implicación de la ciudadanía».