El Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, regresó ayer a la Base Aérea de Talavera la Real -Badajoz, donde ya estuvo siendo alférez alumno de la Escuela de Helicópteros, en el año 1989. Pero en esta ocasión lo hizo como Heredero de la Corona para realizar su primera visita oficial e institucional, coincidiendo con el 60 aniversario de la base. El fin era conocer las misiones, medios e instalaciones con que cuenta como sede del Ala 23 de Instrucción de Caza y Ataque, en la que se forman los pilotos de caza del Ejército del Aire, los llamados 'pata negra'.

Con un cielo cubierto de nubes, eran las 10.38 horas cuando aterrizó el helicóptero Superpuma del Ejército del Aire asignado a la Casa Real, en el que viajó el Príncipe, vistiendo el uniforme de teniente coronel de este Ejército. Fue recibido a pie de escalera por el general de división Pablo Gómez; el jefe del Estado de Mayor del Aire, Francisco José García; y el jefe de la base, Antonio Javier Taranilla.

Así se inició una visita en la que no hubo intervenciones, ni discursos, ni declaraciones. No obstante, cuando Don Felipe recibió los honores de ordenanza y pasó revista a las fuerzas formadas en la pista, a la pregunta de los periodistas sobre cómo se encontraba su padre, el Rey, antes de entrar en quirófano de nuevo para sustituirle una prótesis de cadera, se volvió para responder: "Muy animado; ya lo vieron ayer". Fueron las únicas palabras recogidas durante la jornada.

Tras saludar a la línea de mandos y conocer a los miembros del Grupo de Estudios y Fuerzas Aéreas (Gesfas), los responsables de la base trasladaron al visitante Real a la sala de 'briefing', donde se le informó del cometido y organización de la base, así como del funcionamiento del Ala 23. También asistió a la preparación de un plan de vuelo de una escuadrilla, visitó la sección de operaciones y conoció los preparativos de un vuelo, así como el sistema de radar virtual simulado VRGS, especial para la enseñanza en el uso de los F-5B para la formación de los pilotos de combate; y también la sala de planeamiento de misiones.

Otra de las paradas realizadas durante el recorrido fue en el Museo de la Base, donde hay fotos de las visitas de la Familia Real y también de la suya cuando pasó por la base siendo alumno de la Escuela de Helicópteros. No obstante, todas las dependencias del Ala 23 pueden considerarse un museo por las colecciones que alberga en sus dependencias y en las que se puede seguir la historia de la base, desde su creación en el 1953.

Además, Don Felipe se entretuvo en la sala del simulador de vuelo, subió a su cabina y se puso a los mandos de un AE.90 (F-5B), para comprobar su funcionamiento. El brigada Manuel Benjumea le informó del manejo del sistema y le asistió en una prueba para comprobar cómo lo utilizan los pilotos en su formación, sobre todo, en ejercicios de planeamiento y simulación de emergencia en vuelo.

Una vez finalizada la visita en su parte técnica y militar, los responsables de la base acompañaron al Príncipe hasta la plaza de Armas, donde le esperaba buena parte del personal de la unidad, civil y militar, para posar en una foto de familia que realizó un fotógrafo desde lo alto de una grúa, con Don Felipe en el centro.

Acto seguido, se dirigieron al edificio de la jefatura de la base, donde les esperaban las autoridades de la ciudad y de la región, entre otros, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso; el presidente del Parlamento Extremeño, Fernando Manzano; y el delegado del Gobierno en la región, Germán López Iglesias, que saludaron al Príncipe para después acudir a un aperitivo. Antes de la despedida, se le invitó a firmar en el Libro de Honor de la base.

HISTORIA La Base Aérea de Talavera-Badajoz comenzó a funcionar en el 1953 y un año después lo hizo la escuela de pilotos de reactores, que pasó a llamarse en el 1987 Ala 23 y en la que sigue formándose los pilotos de combate del Ejército del Aire. A través de este tiempo, más de 2.000 alumnos han podido hacer su aprendizaje en 125 cursos, con los aviones T-33, F-86F y desde 1970, con el actual F-5B ahora en proceso de modernización. Este caza tiene 14,13 por 8,10 metros, pesa 9.720 kilos, se arma con dos misiles bombas y alcanza una velocidad de 1.485 kilómetros por hora, 1,4 match.