THta pasado más de un año desde las elecciones municipales. Aquí el PP perdió la mayoría absoluta y abrigábamos la esperanza de que las cosas variaran. Pero hasta ahora no hemos notado progresos. La oposición dividida. El PSOE con un candidato que ha de luchar contra la opinión del resto de los partidos y contra la vieja guardia del suyo, que no ha entendido que debería jubilarse de una vez y, aunque se aprecie su apoyo y su conocimiento, permitir que el PSOE gane alguna vez en Badajoz; como cuando ellos eran jóvenes. Un C's, que es partido de derechas, con un buenismo digno de mejor causa, dando bandazos. Demostrando respeto por los movimientos sociales, y erigiéndose en su defensor. Creen en la buena voluntad del PP, que no es cierta; lo ha demostrado por activa y por pasiva. En su largo periodo de gobierno nunca ha permitido meter baza a nadie y de alguna de sus actuaciones se desprende un desagradable olor. Ha privatizado la gestión del Patrimonio Cultural de la ciudad en beneficio de un turismo que va a tardar mucho en venir. Atraer visitantes no es sólo momificar cadáveres monumentales. Es mantener la ciudad limpia, dar servicios adecuados, ofrecer propuestas originales. Y aquí eso no se hace. El dinero se gasta con empresas afines, con profesionales dóciles, y se machaca al ciudadano con el mensaje de que casi somos los primeros en todo, cuando la realidad es que la mayoría de los badajocenses que triunfan es porque se van fuera. Aquí todo sigue en manos de unos pocos. Y de eso hay que culpar al PP, por encima de todo. Creen sus dirigentes en el régimen del cortijo. Y luego viene Recuperar Badajoz-Podemos. Partido de izquierdas, con bases de izquierdas. La mayor parte descontentos de votar al PSOE, que se ha ganado a pulso su abandono. Pero sus dirigentes locales han decidido pactar con la derecha. Han engañado a la ciudadanía, cambiando de opinión sin motivos convincentes cuando ya estaban elegidos, diciendo lo contrario de lo que afirmaban antes de las elecciones. No todo el que cree ser progresista lo es, aunque haya facetas en que se resulte novedoso. Hay que ser optimistas, pero vamos por mal camino. Aquí hay mucho compadreo. Vínculos familiares que se superponen al interés general y juventud con iniciativa a la que se domestica mediante migajas. Badajoz es hoy una ciudad maltratada y desigual. Se ha olvidado el ejemplo de Manolo Rojas y nadie quiere comprender que se puede mejorar sin renunciar a lo propio, aunque sea poco.