TStiguiendo con mis comentarios acerca de la situación de la mujer en la sociedad actual, quiero centrarme hoy en aquellas mujeres que teniendo un puesto de trabajo, no son capaces de promocionar. Es cierto que la incorporación de la mujer al mundo laboral es un hecho indiscutible, pero no es tan evidente la promoción de la mujer en la empresa.

A los inconvenientes que le supone a la mujer conciliar la vida laboral y familiar, en el día a día, con los horarios normales, hay que sumarles los los horarios extras, es decir aquellos que las empresas establecen arbitrariamente fuera del horario laboral normal (ocho horas), normalmente sin previo aviso, para reuniones, asistencia a formación fuera del lugar de residencia, etc.

Esto implica, que mientras el varón puede asistir, por no ser, generalmente, el responsable principal de los hijos, la mujer tiene que declinar la "invitación".

Provoca esta situación en la mujer una sensación de frustración muy importante y por dos razones; por un lado, porque se da cuenta que se está cerrando puertas y, por otro, porque le está fallando a la empresa, por no atender a la demandas de esta.

Si lo miramos, desde el punto de vista de la empresa, se considera, en general, que esa persona no tiene interés en la empresa o que no quiere promocionar, etc., etc. Y, obviamente, en la mayoría de los casos las cosas no son así.

Por todo ello, creo que la empresa debería planificar, con un tiempo prudencial, todas las actividades empresariales que quiera realizar fuera del horario laboral. De esa forma, ningún empleado, que quiera comprometerse con la empresa, encontrara problemas para hacerlo.