Con una réplica de un ataúd y a la puerta de la tienda de la calle Menacho, los cerca de 40 trabajadores de las tiendas Blanco en la región (dos en Badajoz y otras tres en Cáceres, Zafra y Don Benito) protagonizaron ayer una protesta para denunciar la situación laboral en la que se encuentran tras el anuncio por parte de la empresa de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en septiembre. La protesta coincidía con la primera de las tres jornadas de huelga convocadas por los sindicatos UGT y CCOO para ayer y los próximos tres viernes. La totalidad de la plantilla en Extremadura secundó el paro y ninguno de los establecimientos de la firma abrió.

Ana Méndez, una de las trabajadoras y miembro de la mesa de negociación, denunció los aplazamientos de la empresa para abordar el ERE con los representantes sindicales y reclamó una «reunión urgente» para poder conocer cuál es la situación real, ante el temor de que se produzcan despidos masivos y el cierre de tiendas.

Los trabajadores rechazan el ERE y exigen que se paguen las nóminas en el tiempo establecido --ahora se las están abonando en tres plazos--, información sobre la reubicación de las tiendas y un aviso previo para aquellas que se están cerrando pues, según denunciaron, en muchas simplemente se ha dejado de pagar el alquiler y están abocadas al desahucio. «Hemos pasado ya por tres ERES y ahora no sabemos cuál va a ser nuestro futuro y eso es muy desconsolador», dijo Méndez, quien señaló que en el caso de Extremadura estiman que el 90% de la platilla se verá afectada en este proceso.

Por su parte, Francisco Alejo, de CCOO, instó a la empresa a negociar y criticó que la manera de provocar el cierre es dejar a las tiendas desabastecidas y no pagar los alquileres. H