¿Qué está pasando? Con esta pregunta de curiosidad reaccionaban ayer por la mañana quienes llegaban a la esquina de Ramón y Cajal con Bartolomé J. Gallardo y se encontraban de frente con un despliegue inesperado de policías locales y bomberos, sin que por ningún lado se apreciase ningún indicio de emergencia. Un discreto cartel en el portal de la torre de Simago indicaba que consistía en un simulacro de incendio en altura.

Se trataba, según contó el oficial jefe del servicio, Fernando Bermejo, de una simple práctica que habitualmente se realiza en las instalaciones del parque y que esta vez se ha sacado a la calle para "chequear" el funcionamiento del servicio "en condiciones más aproximadas a la realidad".

Reiteró que no es una exhibición sino un ejercicio, encaminado a analizar la resolución de problemas que plantea un edificio de gran altura, pues entre otras cuestiones conlleva pérdida de carga en las mangueras, desplegar más tramo y subir andando, porque no se pueden usar los ascensores. También recordó que no hace muchos años hubo un fuego en esta torre, la más alta de Badajoz, y se sofocó con facilidad.

Sin escaleras

La experiencia prometía ser espectacular. La actuación de los agentes no fue desde el exterior, con autoescaleras, sino un ataque desde el interior, debido a la altura. Una vez dentro desplegaron las mangueras y tiraron agua de la parte superior hacia el edificio, bajaron y regresaron al parque. El objetivo era concluir la operación en 14 minutos, según relató el suboficial Juan Carlos Lima. Dos camiones partieron al mismo tiempo del parque siguiendo caminos distintos y llegaron en un tiempo récord: 3 minutos y 4 minutos, respectivamente.

Los inquilinos del bloque estaban avisados y no tenían que participar. Algunos siguieron desde las ventanas la operación, que se repetirá los próximos días. Además, Bermejo anunció que realizarán más simulacros en la calle, "para que unamos a la práctica la presión de los espectadores".