No todos los hallazgos que han visto la luz con la obra de rehabilitación de la iglesia de Santa Catalina son perceptibles a la vista. Que se lo digan al encofrador Florentino Vila, fiel seguidor del programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez en Cuatro. Florentino es aficionado a los fenómenos paranormales. La semana pasada estaba trabajando en la colocación de los dados de cimentación en una de las criptas aparecidas en el subsuelo de la iglesia. Pasaban las tres de la tarde y salió un rato a la calle. Dentro no había nadie y decidió dejar grabando en el «pozo» -como él lo llama- su teléfono móvil. No deja de repetir que en la iglesia no había nadie, pero la grabación captó algo. El sonido perfectamente audible pone los pelos de punta. Durante unos segundos se escucha una especie de ronquido, un ruido que realmente parece proceder de ultratumba. Su captor no tiene dudas de su origen, pues en la iglesia hubo muchos enterramientos durante siglos. Pero aún hay más. En su móvil guarda dos imágenes de la cripta, realizadas en momentos distintos desde el mismo lugar y en una de ellas aparecen dos puntos de luz amarilla, que la razón no acierta a entender.