El grupo municipal socialista reclamó ayer que el Ayuntamiento de Badajoz ponga en marcha un plan a 3 años para acabar con el problema de las escombreras ilegales que «proliferan por toda la periferia de la ciudad» para lo cual, según el PSOE, se deberían habilitar más puntos limpios y que el ayuntamiento dote al municipio de una planta de recogida de ripios, según defendió ayer la concejala Ana Rufo. Con estos propósitos, este grupo va a actuar en dos direcciones. Por un lado presentará una moción en la Comisión de Salud y Medio Ambiente, que espera que se debata en el próximo pleno y, por otro, hoy van a organizar el segundo Ripio Tour, que es una iniciativa que ya pusieron en marcha en el 2017 y que consiste en recorrer los vertederos incontrolados.

Rufo recordó que hace dos años el grupo socialista denunció que existían más de 30.000 toneladas de escombros depositadas en cinco zonas: la barriada de Llera, Las Vaguadas, la Banasta, Caya y la carretera de Sevilla. Según recordó, en el 2016 se cerró el mayor vertedero ilegal de la región, el de las Cuestas de Orinaza, que fue sellado y comenzó la regeneración de este entorno, y posteriormente las canteras de Santa Engracia. Pero según esta concejala, se han producido nuevos vertidos y estas escombreras «han llegado para quedarse».

El Ripio Tour comenzará a las 10.30 horas desde la plaza de la barriada de Llera, en la calle Maruja Mallo y concluirá en el restaurante Las Bóvedas. Están invitados todos los ciudadanos que quieran participar.

Rufo recordó que en la actualidad en Badajoz solo funciona la planta de acopio de Gévora, que está «al máximo de su capacidad». Este periódico se puso en contacto con Reciclados Exrtremeños, que es la empresa que gestiona esta planta que funciona como un punto de almacenamiento temporal de residuos que posteriormente son trasladados a una planta final donde se reciclan, a Gespesa, o a Mérida u Olivenza. En Badajoz, la de Gévora es la única planta autorizada para acopio, pero también funcionan otras en Talavera y en Olivenza. El responsable de Reciclados Extremeños, Juan José Rodríguez negó ayer que la capacidad de esta planta se esté agotando, pues al ser un punto de acopio temporal no se llena ya que el material se saca. «Esto no es un vertedero», matizó.

Tal es así, que Rodríguez asegura que esta planta tiene capacidad para asumir toda la demanda de ripios que se generan en la ciudad. En cuanto a que el ayuntamiento ponga en marcha una planta, adujo que la gestión de residuos de construcción no es un servicio público y lo único que podría hacer es alquilar una parcela municipal, pero quien tiene que pagar la gestión es el que genera el escombro, como se está haciendo. Para Rodríguez, la solución contra los vertidos ilegales pasa no solo por sancionar sino por obligar a restituir a su estado anterior y abogó por la creación del «agente verde», encargado de vigilar este tipo de vertidos.