Los portavoces socialista, Ricardo Cabezas, y de Unidas Podemos, Erika Cadenas, instaron ayer al equipo de gobierno local a «reconducir esta situación irrespirable en el ayuntamiento». Fue en una rueda conjunta oline, después del último pleno, el pasado viernes, que abandonaron ambos grupos antes de finalizar.

Cabezas manifestó que «no queremos que nos miren por encima del hombro, sino que nos traten de igual a igual y para ello pedimos que de hoy hasta el viernes nos llamen a una mesa de trabajo para reconducir esta situación irrespirable», que «no se merecen la ciudadanía, trabajadores de esta casa, ni los concejales de la oposición». Consideró que PP y Vox «han querido trasladar a Badajoz la bronca de Madrid, proyectándolo en la oposición municipal», lo que dijo, no van a permitir.

Añadió que lo ocurrido en el último pleno, «esta pataleta del alcalde por no ceder a su petición de cambio de pleno», ha sido «la gota que ha colmado el vaso. Son muchos los insultos, las descalificaciones, los desprecios, el no atender propuestas especialmente con la capacidad de respuesta ante la pandemia». Y señaló al primer teniente de alcalde, Ignacio Gragera, que «está a tiempo de romper la línea seguida e intentar que sus socios cambien de actitud», pues lo consideró «cómplice de lo que está sucediendo». Y continuó diciendo que «queremos trasladar a la ciudadanía ese ánimo de colaborar para mejorar la ciudad».

Cadenas relacionó la situación actual con «el intento de acoso y derribo del equipo gobernante desde hace meses». Afirmó que llevan «aguantando mucho toda clase de ataques», un «bullying político» que no han querido evidenciar «porque de lo que se trata es de preocuparse por la vida de la gente, aunque por transparencia se debe trasladar lo que pasa en el ayuntamiento». Añadió que «ese acoso hay que denunciarlo y buscar soluciones», ante las «continuas descalificaciones personales por parte del alcalde y algunos concejales, además del machismo y de la misoginia», pues «el tripartito nos quiere hacer la vida imposible». Y concluyó: «Nuestra mano está tendida, pero dejen de morderla», para trabajar «juntos».