La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) incluyó en el proyecto contra las avenidas en los arroyos Rivillas y Calamón un puente que conectase Pardaleras con la plaza de las Grullas en Cerro de Reyes. Cuando se estaba haciendo la obra ya muchos vecinos alertaron de que los cuatro carriles del puente carecían de continuidad al llegar a la cantera del Calamón y se convertiría en un cuello de botella. El tiempo les ha dado la razón. La obra del puente ya ha concluido hace meses y permanece cerrado al tráfico. El Ayuntamiento de Badajoz, responsable de ordenar la circulación rodada, ha sido contundente con su decisión: no se abrirá hasta que no se construya el vial que conecte el puente con la N-V, a la altura de la calle Sor Julia, por las traseras del colegio Leopoldo Pastor Sito.

A finales del pasado mes de mayo la CHG concluyó las obras vertiendo aglomerado para rematar el puente por la parte del camino del Calamón y por la avenida Pablo Neruda. Ha transcurrido el tiempo y según la Confederación, la apertura del puente está a la espera de que el ayuntamiento colocase la señalización vertical. Pero el ayuntamiento no va a hacerlo de momento. El concejal de Tráfico, José Antonio Monago, ha declarado a este diario que el puente no se abrirá hasta que la conexión directa con la autopista se acometa y sirva para descongestionar el tráfico que se dirija hacia la carretera de Sevilla y la de Valverde o viceversa. Monago considera que para poner en funcionamiento "plenamente" este puente es necesaria la conexión, porque carece de sentido abrirlo para que los coches que lo utilicen deban hacer "ringurrangos" por Cerro de Reyes.

El concejal admitió que esta obra compete al ayuntamiento, pero todavía no existe un proyecto de construcción de este nuevo vial, que prolongaría el puente desde la plaza de las Grullas hasta la N-V, a la altura del centro comercial La Plaza. Monago aseguró que el proyecto se incluirá en los presupuestos municipales del año próximo.

Según comprobó ayer este diario, el vial de conexión tendría una longitud de poco más de 200 metros, que ahora son un llano de tierra que solo pueden atravesar vehículos todoterreno. El concejal apuntó que se trata de una obra de al menos cuatro meses, pues no solo hay que realizar la calzada y las aceras, sino también los colectores. Hasta que no se acomete, el puente no se pondrá en servicio "porque no tiene sentido", insistió.

PROHIBIDO Sí lo tiene sin embargo para los numerosos conductores que están haciendo uso de él a pesar de que no estar abierto. El puente está cerrado por sus dos extremos con balizas de hormigón y una señal de prohibido. Pero uno de los cuatro carriles se ha liberado del obstáculo que habían colocado, y está siendo utilizado continuamente, en uno u otro sentido.

A los vecinos del Cerro de Reyes que ayer estaban en las proximidades del puente les parece "fatal" que no se abra al tráfico. "Nos tienen aislados por completo", señalaba Luisa Ardila, que es testigo de que aunque el puente esté cerrado "lo utiliza todo el mundo". Alicia Soto advertía además de que ahora puede que tenga menos tráfico, pero cuando empiece el colegio, todos los coches pasarán por ahí, para ir al Pastor Sito o al Bótoa. También entienden que no se ponga en funcionamiento si no se construye primero el vial, porque no tiene sentido que los cuatro carriles se estrechen al final en solo uno "y eso va a ser un caos". Para Alicia, tanto este puente como el del Obispo "son un fraude", porque el otro próximo se tiene que cruzar con cuidado pues hay una vivienda que aún no han tirado. "Tenía que darles vergüenza, que desde que pasó la riada todavía estemos así", recriminó Luisa.