Puerta Palmas ha viajado por todo el mundo en forma de postal, plato de porcelana, mechero, llavero, figuras o dedales. Desde hace casi 30 años Aurora Fernández y su marido, venden recuerdos de Badajoz en su tienda Reyes Católicos y no hay duda: el monumento más emblemático de la ciudad es el souvenir estrella.

Pero, ¿quien compra recuerdos de Badajoz? "Los turistas, pero también muchos pacenses que viajan fuera y quieren llevar un detalle de la ciudad a sus familiares o amigos", cuenta Aurora. También son muchos los estudiantes que llevan en su maleta un recuerdo de la ciudad cuando viajan al extranjero de intercambio y emigrantes que vuelven cada año y renuevan su colección de souvenirs .

"Tengo clientas de muchos años que viven en Francia y otros países y cuando no vienen un verano las echo de menos", comenta la propietaria, que tras la jubilación de su marido se ha quedado al frente del negocio.

Aunque sí los más demandados son los recuerdos con Puerta Palmas, estos no son los únicos que adornan las vitrinas de la tienda. Navajas con el nombre de Badajoz, platos y dedales con la imagen de la Virgen de Soledad, bellotas con la bandera extremeña o camisetas que recuerdan la visita a Badajoz. Tampoco faltan los más internacionales: la sevillana y el toro.

Aurora y su marido recalaron en Badajoz "por casualidades de la vida" desde Andalucía. Comenzaron con la venta de juguetes, pero la apertura de la frontera --que mermó la clientela portuguesa dedicada al contrabando-- y, más tarde, la competencia de los negocios asiáticos han llevado al negocio por otros derroteros. Aunque no son naturales de la ciudad, Aurora reconoce que vende recuerdos de Badajoz con cariño porque tiene "corazón pacense".

La empresaria echa de menos el bullicio que sonaba en la plaza Reyes Católicos y aledaños. "Cuando abrieron la frontera cerraron muchos bares y comercios". Ahora confía en que la obra de Prim revitalice la zona. Ella será testigo, pues asegura que seguirá con sus recuerdos algunos años.