Isabel Bruno vive con su marido y sus cinco hijos en el 2º A del número 3 de la calle Tomás Rabanal Brito. Los gritos de los vecinos alertaron a su familia de que algo estaba ocurriendo la madrugada de ayer. Cuando abrieron la puerta para ver qué estaba pasando se encontraron con el pasillo lleno de humo. "Qué fatiga pasamos", recordaba ayer todavía nerviosa por lo sucedido.

Sus hijos fueron evacuados por una ventana de la vivienda y el 112 comprobó en la calle que no habían sufrido ningún daño. Su marido, José Vargas, sí tuvo que ser atendido en el Infanta Cristina por inhalación de humos. Ayer los dos miraban hacia la ventana de su casa incrédulos por la madrugada que les había tocado vivir. En su casa olía a humo y las paredes y cortinas estaban negras "porque con los nervios me dejé la puerta abierta al salir", explicaba. "Eso es lo de menos, se lava y se pinta y ya está", contestaba su marido intentando tranquilizarla.