Los usuarios de siete de las doce bibliotecas y agencias de lectura municipales se han encontrado con estos espacios cerrados de forma temporal, en algunos casos solo por unos días, pero en otros durante un periodo de tiempo más prolongado. Ha ocurrido en Pardaleras, Antonio Domínguez, Llera, San Roque y en las pedanías de Alvarado, Novelda y Valdebótoa, lo que ha suscitado las quejas de los vecinos.

Esta situación se debe a varios motivos: la finalización del contrato de cuatro de los auxiliares de biblioteca, la renuncia de otros dos para ocupar un puesto de trabajo en otra administración y una baja por enfermedad de larga duración, según confirmó ayer la concejala de Cultura, Paloma Morcillo. No obstante, en todas ellas se volverá a prestar servicio el próximo martes, una vez que se formalicen los nuevos contratos hoy mismo, a excepción de la de Llera, cuya trabajadora está de baja desde el pasado 23 de mayo y que se puede cubrir su puesto por la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

La biblioteca municipal de Antonio Domínguez lleva cerrada desde finales de junio y la de San Roque desde principios de julio. En ambos casos, los auxiliares que estaban al cargo de estos espacios presentaron su renuncia (el primero el 26 de junio y el segundo el 6 de julio) para incorporarse a puestos de trabajo en otra administración. En Pardaleras, la biblioteca se cerró el 29 de julio, una vez que acabó el contrato del bibliotecario, que se cogió las vacaciones que le correspondían. En total, según Morcillo, el servicio se interrumpirá 11 días laborables.

También en Alvarado, Novelda y Valdebótoa ha ocurrido lo mismo: los contratos de los bibliotecarios han concluido y éstos han tenido que coger sus vacaciones, por lo que han permanecido cerradas, aunque en ningún caso más de ocho días hábiles.

Los vecinos se quejaron de que esta situación no es novedosa y que cada vez que se rescinde un contrato, hasta que se reemplaza al personal, las bibliotecas permanecen cerradas "a veces solo unos días, pero otras mucho más", lamentó Juan José Martín, presidente de la asociación de Pardaleras, con el que coincidieron los representantes vecinales de San Roque, Ramón Olivenza, San Fernando, Maribel Generelo, y Llera, Juan José Lobato. En este sentido, Martín reclamó a la Concejalía de Cultura más "previsión" para que este servicio no se tenga que interrumpir cada vez que cumplen los contratos, "porque es una pena que los niños vengan una y otra vez preguntando cuándo abrirá".

Morcillo, por su parte, aseguró que Cultura actúa con previsión y que antes de que cumplan los contratos se da aviso a Recursos Humanos para que recurra a la bolsa de auxiliares de biblioteca de la que se nutren estos empleos, de 6 meses y prorrogables otros tantos. Pero recordó que mientras disfrutan de sus vacaciones, los trabajadores siguen estando contratados, por lo tanto no se puede formalizar la relación laboral con el nuevo personal. "Todo tiene sus trámites y su proceso", justificó.

Las bibliotecas de Santa Ana, San Fernando, Cerro de Reyes (que abre dos veces a la semana), Sagrajas y Balboa no se han visto afectadas y mantienen su actividad, de 9.00 a 14.00 horas, pues durante el verano solo se abren por la mañana. También están funcionando las dos bibliopiscinas, una en La Granadilla y la otra en San Roque, y el bibliobús. Este último presta servicio a las barriadas donde no hay bibliotecas municipales. Los lunes se instala en la Urbanización Guadiana (de 9.30 a 11.00 horas) y en Gévora (de 11.30 a 13.30); los miércoles en Villafranco (9.30 a 10.30 horas), Cerro Gordo (11.00 a 12.00 horas) y Ronda Norte (12.30 a 13.30 horas); y los viernes en Las Vaguadas, María Auxiliadora y Valdepasillas, en el mismo horario.