La pequeña arboleda que queda delante de la Cañada-Las Moreras es la única zona verde que hay en el barrio y es, por tanto, donde juegan los niños. Los vecinos se quejan de la suciedad y de los riesgos de infección que supone el lugar por falta de cuidados y de limpieza, y ellos mismos retiran a las ramas que se caen de los árboles.