Los vecinos de las urbanizaciones y parcelas de Bótoa han expresado sus quejas por la basura que se acumula dentro y fuera de los contenedores instalados a la entrada del camino que hay junto a la ermita. El presidente vecinal, José Antonio Ayago, lamentó que este es un problema que soportan desde hace "mucho tiempo" y que se ha visto agravado porque muchos ciudadanos utilizan este lugar para depositar de forma indiscriminada todo tipo de vertidos y residuos. "Vienen con furgonetas a dejar muebles, colchones, restos de poda...", denunció.

Los vecinos --en esta zona residen alrededor de 300 familias-- han puesto en conocimiento del ayuntamiento la situación, "pero no nos dan una solución", señaló Ayago, quien recordó que durante el verano la población que vive de manera habitual en estas urbanizaciones se incrementa considerablemente, por lo que se hace necesario que la recogida de la basura de los contenedores se realice con mayor frecuencia. "Ahora vienen una vez a la semana, el lunes o el martes", recordó. Asimismo, solicitó vigilancia para que se sancione a quienes depositan vertidos que no se corresponden con los contenedores instalados, para residuos orgánicos y plástico.

A la vista de que el problema va a más, proponen que para evitar que la basura se acumule a las puertas de la ermita, lo que afea su imagen y causa molestias, se construya un recinto cerrado en los terrenos que esta asociación de vecinos y la de Valdebótoa tienen cedidos detrás de la ermita. Ayago explicó que la idea del colectivo es construir un recinto de unos 20 metros cuadrados vallado con mallazo donde se coloquen los contenedores. "Los vecinos sabremos donde dejar la basura y será más difícil que la gente deje sus vertidos allí", argumentó.

Pero para poder poner en práctica esta medida es necesario que el terreno quede libre pues, según denunció, desde hace más de un año y medio lo utiliza un particular para tener allí sus caballos. Ayago aseguró que esta persona tiene el consentimiento del alcalde pedáneo de Valdebótoa, a quien han solicitado varias veces de palabra y por escrito que se devuelva para uso de los vecinos. "Siempre nos dice que sí, que se lo dirá, pero lo iba a utilizar dos meses y ya va para dos años", reprochó.