Periodista

La semana, intensa, comenzó con la sentencia de Biblioteconomía, que amenaza, curiosamente, a Amigos de Badajoz, el recurrente --cierto que votó a favor del proyecto en sendas comisiones, por lo que pidió perdón, claro que con dineros de otros--, en vez de a las administraciones que exigen el cumplimiento de la ley como si fuesen Moisés y ellas se las pasan por el forro. Siguió con el archivo de la querella de la riada contra Corominas y una directora general, como era previsible --aunque con la justicia nunca se sabe--, y acabó con dos del PP contra el presidente de la diputación, más bien con tinte de ´publicontrataque´.

En medio, dos asuntos que aún no son judiciales: de nuevo Amigos de Badajoz, asediada, a la que otro colectivo, propietario de la fiesta Al Mossassa, despoja de su organización --La crónica de Badajoz cuenta mañana que habrá dos fiestas--. Y otro pastel: el ayuntamiento financió dos veces el desdoblamiento de la circunvalación, por el Feder y por la Junta, y Hacienda le ´recomienda´ que devuelva 1,14 millones de euros. Y nadie dice nada.

Pero todo, con ser de interés, pierde fuerza ante la posible guerra en Irak. Badajoz expresó por unas 10.000 de sus bocas su ´no a la guerra´, con música de Luis Pastor de fondo, pues no se deja engañar por la propaganda belicista oficial, ya clásica, al estilo de Nerón al quemar Roma, culpando a los cristianos; de los nazis al quemar el parlamento, culpando a los comunistas; de los americanos al hundir su barco, culpando a los españoles, para iniciar la guerra de Cuba. Así, habrá que esperar para saber quién, y por qué, derribó las torres gemelas.