Los conductores que ayer por la mañana circulaban por la avenida de Elvas en dirección al hotel Río se encontraron con la desagradable sorpresa, por inesperada, de que se estaba instalando una nueva cabina para acoger un radar fijo de control de velocidad. La imagen de la amenazadora caja gris rápidamente se extendió por las redes sociales y generó numerosos comentarios además de bulos sobre la colocación de otros radares inexistentes en lugares insospechados. Se trata de la cuarta cabina que instala el Ayuntamiento de Badajoz en la ciudad, que al mismo tiempo ha adquirido un segundo cinemómetro, con lo cual, ya cuenta con dos radares fijos que irán rotando por las cuatro carcasas, entre ellas la nueva de la avenida de Elvas. El nuevo radar estará operativo «en las próximas semanas».

La cuarta cabina se ha colocado en el tramo de la avenida en el que confluyen Jardines del Guadiana y la Urbanización Guadiana, a la altura del hotel AC, justo antes de un paso de peatones donde ya se han producido dos atropellos graves, según informó ayer el ayuntamiento. Estos accidentes han ocurrido a pesar de que en este punto ya se han tomado medidas para reducir la velocidad con bandas sonoras y existe una señal luminosa intermitente que avisa del paso de peatones. Esta avenida no solo soporta un importante tráfico rodado, sino que en este punto existe un continuo trasiego de peatones que atraviesan los cuatro carriles por concentrar ambos frentes numerosos locales de ocio.

El radar fijo, como en los otros tres puntos donde existen cabinas, mide la velocidad que alcanzan los vehículos que circulan en ambas direcciones y recoge los datos de los que superen los 50 kilómetros por hora. El nuevo cinemómetro, adquirido con cargo al remanente de tesorería del 2017 (incluida la cuarta carcasa), estaba pendiente del control metrológico. La adquisición se sacó a licitación por 62.900 euros.

La primera cabina de radar fijo se instaló en Badajoz en el 2016 en el puente Real y los resultados como medida preventiva de control del exceso de velocidad fueron inmediatos. La segunda se colocó en el 2017 en la carretera de Circunvalación y, la tercera, en febrero del 2018, en la avenida Antonio Masa Campos, en el margen izquierdo en dirección Lisboa, tras el cruce de las avenidas de Colón y del Perú.

El año pasado, según los datos recogidos en la Memoria de la Policía Local, el único radar fijo que funcionaba entonces en la ciudad y que rotaba entre las tres cabinas dio como resultado un total de 6.905 denuncias. El ránking lo encabezaba el situado en la carretera de Circunvalación (avenida Reina Sofía), con 3.463 sanciones, seguido del ubicado en Antonio Masa Campos, con 2.384 y, por último, 696 en el puente Real, una cifra muy inferior a la recogida el año anterior (11.321 multas en el 2017).

Esta enorme diferencia demuestra la contrastada capacidad disuasoria del radar fijo, cuya presencia ha cambiado el comportamiento de los conductores que atraviesan este puente, pendientes de no superar el límite de velocidad.

Además, la Policía Local cuenta con un radar móvil (trípode) que le permite realizar controles aleatorios y que el año pasado dio lugar a 5.049 denuncias por exceso de velocidad.