Cuando el radar fijo del puente Real comenzó a sancionar en febrero del 2017 (se instaló a finales del 2016, pero estuvo un tiempo en periodo de pruebas), se contabilizaban de media entre 120 y 130 multas por día. Dos años y medio después, esa cifra es cinco veces inferior y, según los datos de la Policía Local de Badajoz, en la actualidad se registran de media unas 20 multas diarias por pisar más de lo debido el acelerador en esta vía.

El del puente Real fue el primer cinemómetro fijo que funcionó en la ciudad. En el 2017 impuso más de 11.300 multas, mientras que el el año pasado, cuando el radar ya rotaba con las carcasas instaladas en Circunvalación y la avenida Antonio Masa Campos, las sanciones descendieron a 696. El el 2018, fue en Circunvalación donde más sanciones se pusieron por exceso de velocidad, 3.463, una posición que mantiene ahora con entre 60 y 70 sanciones diarias.

«El número de denuncias en esta vía es todavía muy alto», valoró el superintendente de la Policía Local, Ruben Muñoz, quien por contra destacó los buenos resultados obtenidos en la avenida Antonio Masa Campos, con un número de multas «insignificante» y donde ahora el exceso de velocidad «ha desparecido prácticamente». En el 2018, hubo 2.3 84 denuncias.

La cuarta carcasa para colocar el radar, que se sacó a licitación junto a la adquisicón de un segundo cinemómetro, se instaló el pasado agosto en la avenida de Elvas. Aunque aún no hay datos oficiales sobre multas, sí se ha notado ya cómo su presencia ha reducido la velocidad de los conductores que la atraviesan.

De momento, según el superintendente, no está previsto adquirir más cinemómetros ni instalar carcasas en otros puntos de la ciudad para rotar los que hay. «No es necesario porque tenemos una unidad que se encarga de manejar los radares móviles, que se destinan a aquellas vías en las que puntualmente se detecta que la velocidad es excesiva y aumenta el riesgo de accidente o en las que ya se han producido accidente y nos interesa controlar la velocidad en ellas», explicó.

El jefe de la Policía Local de Badajoz citó como ejemplo el corte de mediana que realizaron en la BA-20 tras constatar que varios de los accidentes que se produjeron, además de por no respetar las luces de los semáforos, fueron por la velocidad excesiva: «Se hizo especial hincapié en instalar el radar móvil durante 30 o 40 días y nos dimos cuenta de que la velocidad empezó a descender. ¿Cuándo? Una vez que la gente empezó a verlo allí de manera fija». Ahora en este punto hay un fotorrojo.

SIN AFÁN RECAUDATORIO / En este sentido, Muñoz defendió que los radares fijos, pese a ser objeto de crítica por parte de muchos conductores, «no son medidadas recaudatorias», sino que evitan que los vehículos circulen a velocidades excesivas en vías donde se ha comprobado que existía riesgo de atropellos o ha habido accidentes con consecuencias graves, muy graves e incluso con fallecidos. «Se ponen para que se mantenga la atención y se conduzca a una velocidad prudente», recalcó, pues hay conductores que «no reducirían la velocidad por más que hagamos campañas de concienciación o que la propia norma diga que no se puede sobrepasar», aseguró el superintendente.