El rastro de antigüedades que organiza la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo cada primer sábado de mes repitió ayer su éxito, ya habitual, al congregar a miles de personas desde primeras horas, con un incesante trasiego de visitantes en una hermosa mañana de invierno, en la que el tiempo también acompañó.

En esta ocasión, los organizadores agasajaron a los visitantes ofreciéndoles una copa de vino de su propia marca, Casco Antiguo , un Lar de Barro Oro elaborado para los establecimientos de hostelería y de alimentación de la asociación, blanco y tinto, y que gustó a los invitados.

El rastro se montó en el último tramo de la calle San Juan y en la calle Zapatería: Algunos establecimientos se sumaron a los anticuarios y demás tenderetes sacando mostradores a la calle.

Muchos de los asistentes aprovecharon su visita para acercarse a ver el nuevo aparcamiento subterráneo y la nueva plaza de Montesinos, y las obras, interminables, de la plaza Alta, con un comentario generalizado: "cuando esto esté terminado, será una preciosidad, pero mientras tantos, será una pena que lo dejen deteriorarse", según algunos visitantes de fuera de la ciudad. La asociación aprovechó para promocionar su campaña navideña.