Durante la noche de ayer, quedó saldada la penúltima sesión de las preliminares del Concurso Oficial de Murgas de Badajoz (COMBA), en el López de Ayala. A lo largo de la tercera jornada de la fase inicial de concurso, hubo tiempo suficiente como para poder degustar una amplia variedad de menús carnavaleros. Porque hay algo que queda meridianamente claro, cada vez que se desarrolla una nueva edición del COMBA. Y es la diversidad de proyectos diferentes que se presentan, cada año, sobre las tablas del teatro. Porque, a diario, la realidad nos permite constatar que cada murga tiene, y desarrolla, un concepto distinto de carnaval. Y este carácter heterogéneo de los proyectos, y la fórmula magistral que cada agrupación desarrolla de manera individual, son, quizá, las señas de identidad principales de un concurso en el que hay que reconocer que, a veces, ha de resultar ardua la tarea de un jurado que tiene que evaluar proyectos muy diferentes según unos fríos estándares previamente definidos.

Guerreros en son de paz

Es cierto que la murga Yo No Salgo (YNS) ya había adelantado el nombre del proyecto que llevaría a las tablas del López de Ayala. Pero pocos sospechaban que, de La Paz Pandilla, emergería un grupo de estética guerrera y tendencias pacifistas. Anoche, sus componentes se presentaron ante el público caracterizados con la estética propia de distintos guerreros que han luchado y combatido, en diferentes conflictos bélicos y luchas tribales, a lo largo de los tiempos.

Aunque se percibía el sello propio de todas las actuaciones de YNS, se les vio más contenidos, y menos gamberretes, que en otras actuaciones de años anteriores. Pero es de entender, porque un ‘Milpejeta’ o un ‘Mamarracho’ se tienen que mover en ambientes menos hostiles que un sufrido guerrero, y es evidente que esa vivencia cotidiana ha de marcar el carácter.

Aprovecharon la presentación, además de para dar a conocer a los personajes que interpretaban, para introducir algunas referencias acerca de la ciudad de Badajoz. Los pasodobles los dedicaron a criticar el patriotismo desenfocado y el carnaval complaciente, y a elogiar a algunas murgas de antaño. En los cuplés, aludieron a temas de la actualidad pacense, y a las incoherencias en que incurren algunos padres cuando tratan de educar a sus hijos. Y, en su popurrí, se entremezclaron las referencias a temas locales y los “palos” que propinaron a los líderes políticos nacionales, con guiños y bromas que desmentían su aparente gusto por la guerra.

La granja carnavalera

Tras YNS, subió a las tablas ‘Ahora es cuando’, una de las murgas debutantes de este COMBA 2019. En su primera actuación en el López de Ayala, mostraron una completa recreación de una granja. Se presentaron ante el público, disfrazados de espantapájaros, de animalillos de distintas especies, y de granjero. En la presentación de su repertorio, dieron a conocer a los personajes de su fábula. En los pasodobles, establecieron comparaciones entre la ciudad de Badajoz y su granja, criticaron el maltrato animal, y denunciaron el abandono de mascotas. Dedicaron los cuplés a bromear a cuenta del apellido del pregonero (Tejero), y a hacer guiños picarones. Y, en su popurrí, combinaron las referencias a la actualidad (sobre la situación del tren extremeño, el independentismo catalán,…) con otras cuartetas más centradas en personajes como el Pollito Pío o Peppa Pig.

Reunión de mentes privilegiadas

Justo antes del descanso, saltaron a las tablas Los Water Closet, los vigentes campeones del COMBA. Si el año pasado se presentaban como el mismísimo Dios, este año han optado por un tipo puramente humano, aunque de una categoría intelectual superior a la media, porque encarnan a genios, inventores, premios Nobel y artistas de todos los tiempos.

Toda su actuación estuvo impregnada del inimitable estilo que los caracteriza. En la presentación, definieron muy bien el tipo que encarnan. En los pasodobles, reflexionaron acerca del estado de salud del carnaval, y aprovecharon para despedirse de su tipo del año pasado, diciéndose hombres de ciencias, pero reconociendo los buenos ratitos que Dios les hizo pasar el año pasado. En sus cuplés, criticaron, con ironía, la hipocresía e impostura de algunos padres a la hora de educar a sus hijos, y exprimieron la vis más cómica de la contradicción, criticando la sensibilidad excesiva de quienes se ofenden por todo, para, a continuación, confesar que sus personajes también lo hicieron en cierta ocasión, llegando incluso a los tribunales.

Su popurrí estuvo tan pegado al tipo como la presentación, lo que no fue óbice para introducir guiños sobre asuntos y personajes de la actualidad. Estuvo plagado de geniales ocurrencias, de maravillosos juegos de palabras, de contrastes musicales muy bien armonizados, y de múltiples muestras de ese humor surrealista que siempre enamora a público y crítica.

Las ratas carnavaleras

Tras el intermedio, se produjo el retorno a las tablas de la murga Murguer Queen, que regresaba al teatro después de un año de ausencia. Se presentaron ante el respetable disfrazadas de ratas. Y, con constantes referencias al tipo, expusieron un repertorio de una carga crítica importante.

En sus pasodobles, aludieron a la política y a cómo muchos dirigentes se olvidan del pueblo que los elige, y al miedo y al daño irreparable que producen monstruos como los de La Manada. Sus cuplés tuvieron un carácter más humorístico, pero sin perder un enfoque crítico que les llevó, por ejemplo, a cuestionar el modo en que las nuevas generaciones interaccionan en el mundo paralelo de internet, en las redes sociales, y también en la realidad. Y su popurrí estuvo más centrado en el tipo, aunque sin dejar de hacer alusiones a elementos de la realidad de la ciudad (a sus supermercados, a sus restaurantes,…).

Los forcados almendralejenses

Después del regreso a las tablas de Murguer Queen, subió al escenario La Mascarada. Los almendralejenses celebraban ayer su vigésima participación en el COMBA, y lo festejaron regalando al público una actuación rebosante de entusiasmo.

Este año, van de forcaos portugueses. Y presumen a menudo de valentía y gallardía, aunque, al mínimo atisbo de peligro, salen corriendo en busca de un parapeto que les dé seguridad. Y lo cierto es que esta actitud ante el toro alumbra situaciones muy cómicas, a lo largo de toda la actuación.

Su primer pasodoble fue muy emotivo. Lo dedicaron a recordar sus 20 años de participación en el COMBA. Y agradecieron el cariño y la amistad a todos los actores del carnaval, pero muy especialmente a La Brigada Antiardores, y a sus principales representantes, puesto que son para ellos como una segunda familia. En el segundo de los pasodobles, hablaron de las agresiones, atentados e intimidaciones que sufren las mujeres, y pidieron que se ejerza la justicia con firmeza.

Sus cuplés y popurrí se dividieron entre los gags humorísticos vinculados al tipo, las referencias a la intrahistoria del carnaval, y alusiones a personajes de la prensa rosa y el mundo del espectáculo, entre otros. Y su despedida fue, de nuevo, una sentida oda al carnaval.

Gula carnavalera

Al final de la noche, llegó otro de los platos fuertes del menú de esta tercera jornada de la fase preliminar. Se dio la circunstancia de que este último plato, además, se sirvió en un restaurante. Aunque comer, comer, lo que se dice comer, se comía poco en ese establecimiento. Eso sí, en él se servían generosas raciones de diversión, acompañadas por una rica guarnición de sátira e ironía. Y lo cierto es que no cabía esperar otra cosa de esos “jediondos” de 2018, que este año participan bajo el nombre de ‘Otro quinto, por favor’.

Durante su presentación, además de darnos a conocer los principales rasgos de don Ramón y su camarero, y de la mecánica que rige en la relación entre ambos, nos ofrecieron divertidos momentos de carnaval, como cuando nos chivan qué comen algunos de los políticos de la ciudad de Badajoz.

Su primer pasodoble profundizó en la morfología y propiedades de los sillones de hospital, y el segundo abordó la polémica generada a propósito de la posible exhumación y traslado de los restos de Franco. Los cuplés se centraron en la crisis del partido político Podemos, y en los implantes de pelo.

Y el popurrí, estuvo trufado de chistes visuales (el del VAR, el de la limpiadora Rumba,…), de gags cómicos centrados en don Ramón y en su camarero, de juegos de palabras, y de referencias a la actualidad y a personajes, lugares y situaciones de la ciudad, la región y el país.