El recinto aduanero del paso de Caya acumula años de olvido y dejadez en alguna zonas y edificios que permanecen cerrados desde la desaparición, en 1988, de la frontera entre países de la Unión Europea. En realidad, entre aquellos que se acogieron al Tratado de Schengen de libre circulación de personas, de 1985; entre ellos España y Portugal. Fue un 4 de marzo de 1988 cuando Manuel Marín, Abel Matutes y Antonio Cardoso e Cunha asistieron en Caya al acto simbólico de la desaparición de la frontera hispanolusa. Desde entones, el recinto aduanero es un espacio abandonado y en parte un basurero, aunque algunas partes se mantienen al estar cedidas en uso, como el Centro de Coordinación Policial y Aduanera, desde 2008 --antes Comisaría Conjunta con Policía Nacional, Guardia Civil y GNR--; o la sede de la Plataforma Logística, que aunque de «vez en cuando va alguien», permanece cerrada, según un empleado de la zona; el Depósito Municipal de Vehículos; el Área de Inspección, o las viviendas de la Guardia Civil. El resto de construcciones están cerrada, incluso antiguas empresas privadas cercanas al recinto. Grandes naves, edificios cerrados y tapiados, y lo que fueron espacios verdes, totalmente dejados y sucios. El complejo aduanero es, o era, del Ministerio de Hacienda, pero desde hace años la Administración no aclara si se rehabilitará, desaparecerá, o cuál será su futuro.