THtace tan sólo unos días sentí, en mis propias carnes, la amenaza de verme, en actitud un tanto alegre, en una de esas redes sociales que ahora están de moda. Me estaba divirtiendo, a lo grande, cuando una amiga me dijo: "como nos descuidemos, mañana salimos en el Tuenti". Por supuesto, hice caso omiso. No estaba dispuesta a que ningún invento cibernético me arruinara la tarde-noche; pero, visto lo visto, la advertencia es para tenerla en cuenta.

Cada vez salen a luz más delitos que se comenten a través de internet y las llamadas redes sociales. Esta semana la policía ha imputado a dos jóvenes de Badajoz por vejar a una chica con un fotomontaje que han difundido a través de la red. Hace unos días un chico suplantó la identidad de otro. De hecho, los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado están recibiendo, estos días, formación para afrontar estas nuevas formas de delinquir.

El uso de Tuenti, Facebook, Hi5 o MySpace se han convertido en un verdadero fenómeno social, y no sólo entre los más jóvenes. Algunos ya maduritos y maduritas también le han cogido el gusto a eso de intercambiar fotos, conocer a gente o mantener una mera conversación a través de la red. Incluso, numerosos políticos extremeños han seguido los pasos del gran ídolo mundial, Barack Obama ; y han creado sus propios perfiles .

Extremadura, según se publicaba hace unos días en este mismo periódico, es una de las comunidades españolas con mayor nivel de penetración de Tuenti, la red social con más adeptos en España. La apuesta extremeña por el desarrollo tecnológico y su fácil manejo han democratizado su uso.

Reconozco que no me veo haciendo amigos a través de estas redes sociales. Además me parecen productos antiestéticos. Pero no seré yo quien critique a quienes las utilizan. Los avances tecnológicos mejoran el mundo. Internet ha supuesto el acceso de todos, por igual, a la información. Pero la falta de regulación de este universo anónimo va a seguir trayendo problemas.