Lo ocurrido el viernes en Badajoz, que ha trascendido a la opinión pública, no es desgraciadamente un hecho aislado en las relaciones entre padres e hijos. En la comunidad extremeña se registran cada año unas 300 denuncias por malos tratos infringidos a menores en el ámbito familiar. Según los últimos datos hechos públicos por la Junta de Extremadura, en el 2007 se registraron 274 casos, de los cuales 175 se referían a situaciones de riesgo y 99 eran graves. La mayoría ocurrieron por negligencia de sus progenitores o fueron de naturaleza emocional, según la información facilitada en su día por la Dirección General de Infancia y Familia y que ayer por la tarde no pudo actualizar a petición de este diario.

De todo estos casos, la mayoría (239) fueron notificados por los Servicios Sociales, 20 por personal sanitario y 15 por profesionales educativos. En cuanto a la edad de las víctimas, 59 de los niños que sufrieron malos tratos tenían menos de 3 años; 60 eran menores con edades comprendidas entre 4 y 7 años; 62 tenían entre 8 y 11 años y el grupo más numeroso, integrado por 75 menores, tenían edades entre 12 y 15 años. 18 adolescentes, con 16 o 17 años, también sufrieron malos tratos. Según los datos de la Junta, en el 2007 la Administración regional asumió la tutela de 127 menores.

En España, uno de cada 7 niños sufre algún tipo de maltrato físico y 19.000 están tutelados, gracias a lo cual se han podido conocer sus casos, pues la mayoría de estas situaciones nunca llegan a notificarse.