Un dato refleja la realidad a la que se enfrenta el sector de la ganadería: en los últimos cinco años han desaparecido una cuarta parte de las explotaciones de ganado bovino, ovino, caprino y porcino de la región. En total, cerca de 11.000 explotaciones han echado el cierre o han sido absorbidas ante las dificultades económicas y la falta de relevo generacional dentro de esta actividad agraria.

La estadística, facilitada por el Servicio de Sanidad Animal de la Junta de Extremadura, corrobora la situación de crisis por la que atraviesa el sector. Una difícil coyuntura que vienen denunciando organizaciones agrarias y ganaderos, y que será uno de los principales argumentos de las movilizaciones que se están organizando en la región de cara a la reunión de ministros de Agricultura de la Unión Europea que se celebra en Mérida los días 31 de mayo y 1 de junio.

Según el Servicio de Sanidad Animal, en 2006 existían en Extremadura 46.995 explotaciones dedicadas a la cría y aprovechamiento de cerdos, terneros, toros, vacas, cabras, corderos y ovejas. Los últimos datos relativos a este 2010 sitúan el censo en 36.065. Es decir, en el último lustro la comunidad autónoma ha perdido 11.000 explotaciones dentro de los cuatro subsectores ganaderos más importantes.

Antonio Prieto, secretario general de Ganadería de la organización agraria UPA-UCE, apunta que son varios las causas de este deterioro. En primer lugar, la falta de rentabilidad de las explotaciones. "Hay grandes diferencias entre los precios que percibe el ganadero, que están por los suelos, y las importantes subidas experimentadas por los insumos --piensos, electricidad, gasóleo, servicios veterinarios--", subraya Prieto. Así, por ejemplo, el precio medio de un cordero se mantiene en torno a los 45 euros, mientras que el de los terneros no solo no ha subido, sino que ha bajado: está en 600 euros, aproximadamente. Y algo similar ha ocurrido con la leche: el año pasado el litro de leche de cabra se vendía a 0,60 euros y actualmente está cercano a 0,20 euros, cuando los costes de producción se estiman en 50 céntimos por cada litro. Esto ha provocado que sea el subsector donde más se ha notado el descenso de explotaciones: había 6.577 en el 2006 y hoy quedan 4.124 --es decir, un 37% menos--.

RELEVO GENERACIONAL Ante esta situación, muchos ganaderos han decidido cerrar o vender sus animales. "El modelo de acoplamiento de ayudas al sector también ha incentivado el reagrupamiento de explotaciones, desapareciendo las más pequeñas", agrega el responsable de UPA-UCE. Y, por contra, quienes han querido entrar en la ganadería se han encontrado con dificultades: "porque falta claridad en las políticas de fomento del relevo generacional. Los jóvenes que quieren ser ganaderos ya no solo tienen que comprar la explotación, sino que se ven obligados a adquirir los derechos para poder percibir las ayudas europeas".

A esto hay que sumar el descenso de la demanda de carne, debido al impacto de la crisis en las economías familiares y la incertidumbre sobre la política agrícola comunitaria. "Falta previsión. Hoy se hace una reforma y mañana la contraria. El año pasado se dijo que todo el sector, excepto el vacuno, iba a pasar al desacoplamiento de las ayudas, y ahora han anunciado que el vacuno también entra", pone como ejemplo Prieto.