Los primeros testimonios de la cultura ibérica están localizados al sur de la provincia de Badajoz, siendo uno de los vestigios más importantes el templo de Cancho Roano, en Zalamea de la Serena, cuya referencia aparece en la exposición sobre los íberos que acaba de montar la Fundación La Caixa en la plaza de la Memoria de Menacho.

La carpa, que ocupa más de 500 metros cuadrados, permanecerá abierta hasta el 1 de julio y sólo su montaje y desmontaje cuesta 150.000 euros.

El objetivo de esta exposición, que lleva por título Iberos: príncipes, guerreros y artesanos , es mostrar cómo vivió este pueblo y cómo era su cultura, que nació en la península que lleva su nombre y se desarrolló aquí, con influencia de su entorno, pero que no llegó a constituir un estado como tal, sino que eran grupos con una cultura común, según explicó ayer, durante la presentación, el secretario general de la Fundación, Luis Reverter, que compareció junto al alcalde, Miguel Celdrán, la concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez Píriz, y el delegado general de la Caixa, Juan Regueras.

La inmensa carpa se abre con una reproducción a tamaño real de la Gran Dama Oferente del Cerro de los Santos (Albacete), antes de entrar en la exposición, donde se reproduce una vivienda típica, con su cama, el agujero para introducir un huevo, como signo de fertilidad y las tumbas de los niños, que se enterraban en la propia casa. Según el comisario de la exposición, las casas de los íberos "olían a humo y a queso".