Las obras de rehabilitación del convento de las Adoratrices se encuentran en ejecución desde hace dos semanas, casi dos años después de que la Consejería de Cultura anunciase el proyecto, uno de los más demandados por la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo y otros colectivos comprometidos con la recuperación del patrimonio.

Esa demanda se debe a que es un elemento simbólico del perfil urbano de Badajoz, cercano a la muralla de la Alcazaba, la Puerta del Capitel y que complementa el marco que conforman las plaza de San José y Alta unidas por el Arco del Peso, en el corazón del centro histórico pacense.

Las obras de esta primera fase, según manifestó ayer a este diario una de las hermanas de la congregación, deben estar terminadas antes de que concluya el próximo mes de diciembre.

El proyecto de rehabilitación de este edificio, que fue sede episcopal en la Edad Media, es del arquitecto Jaime Olivera y se adjudicó, tras el concurso convocado por Cultura, a Construcciones Olivenza, con un presupuesto inicial de 120.000 euros.

Los trabajadores de la empresa adjudicataria comenzaron a principios de noviembre con la limpieza de la fachada neogótica orientada al sur, que da acceso a la capilla, y parte de la fachada del oeste. En la actualidad se ha instalado un andamiaje sobre toda la fachada principal, desde el que los operarios trabajan sobre los elementos más altos de la misma.

RETRASOS Se trata de la primera de las tres fases de que consta el proyecto, que presentó el entonces consejero de Cultura, Francisco Muñoz, acompañado por el arquitecto en el propio edificio, en enero del 2007. Pero el inicio de las obras se retrasó diez meses en un primer momento, debido a que hubo que realizar algunos cambios en el proyecto inicial. Y después debieron comenzar las obras en abril del 2008, pero finalmente se retrasaron debido a que tenía que reunirse la Comisión Mixta Junta-Iglesia.

La actuación comprende una limpieza integral de la fachada, que contiene elementos de la cultura islámica, con tratamiento de huecos y reposición de revocos, molduras y relieves ornamentales, además de las cresterías de las tres fachadas, para continuar después con la recuperación de los elementos constructivos.

Las obras no afectan a la vida en el interior del convento, ni a la actividad docente que se desarrolla en el mismo, pues imparte cursos de Formación Profesional para 200 jóvenes, según una hermana de la congregación, quien explicó que "hasta ahora han limpiado la fachada, han quitado parte del revestimiento dejando ladrillo a vista, y han montado un andamio por la fachada de la capilla".