El rejoneador y ganadero Gregorio Moreno Pidal recibió ayer el V Premio Ecuextre, en reconocimiento a su trayectoria profesional y su apoyo al fomento y la difusión de los sectores del toro y del caballo, en un acto en el que estuvo acompañado por familiares y amigos. «Gregorio representa esto como nadie», aseguró la concejala de Ifeba, Blanca Subirán, quien destacó el apoyo que Moreno Pidal y su familia han mostrado a Ecuextre desde sus inicios.

El galardonado agradeció la distinción y rememoró algunos momentos importantes de su carrera como rejoneador, como la última vez que toreó a caballo en público: fue en Mérida, con ganadería de Arcadio Albarrán, «que fue mi maestro», dijo. Esa tarde triunfó y se llevó dos orejas y un rabo. También se acordó de «la mejor yegua» que ha tenido nunca y con la que cosechó grandes éxitos, de nombre Dina, un regalo de su hermano Manuel.

El periodista taurino Juan Ramón Romero fue el encargado de glosar la figura de este rejoneador, madrileño de nacimiento, pero extremeño de corazón, que, según destacó, en su época abrió camino en el mundo del rejoneo, pues era el único que toreaba los toros en punta, cuando los demás lo hacían con los astados «reglamentariamente arreglados». «A él, como a todos los genios y artistas, eso se le quedaba corto», resaltó Romero, quien puso en valor el papel de Moreno Pidal por atreverse «a romper moldes y abrir nuevas ventanas al desarrollo del toreo a caballo». Por todo ello, según el periodista taurino, este premio es «merecido y de justicia».